La posible contratación de médicos cubanos para laborar en el Perú ha despertado fuertes críticas en ámbito profesional, dada la pésima reputación de la medicina en la Cuba comunista. Sin embargo, el ex ministro de Salud Oscar Ugarte declaró que “no ve mal” la venida de médicos de la isla, y hasta preguntó en tono desafiante: “¿Cuál es el problema?”, agregando que en el país “hay escasez de especialistas” y por eso conviene traerlos de Cuba.
Sucede que “el problema” sí existe, y es bien serio: datos del vecino Brasil permiten medir lo que podrá suceder en nuestro país si nos traen especialistas cubanos. El diario “O Estado de S. Paulo” publicó, bajo el título “Médicos reprobados”, un detallado informe exponiendo la desastrada performance en Brasil de los médicos egresados en Cuba. Revela que en 2010, un proyecto-piloto de los Ministerios de Salud y de Educación del Brasil para revalidar diplomas de médicos graduados en el exterior, sobre todo en Cuba, arrojó resultados más que decepcionantes.
Las pruebas “confirmaron los temores de las asociaciones médicas brasileñas. De los 628 profesionales que se inscribieron para los exámenes de conocimientos y habilitación, 626 fueron reprobados y apenas 2 consiguieron autorización para ejercer”. O sea, ¡sólo el 0,03% de los candidatos!, en su mayoría egresados de facultades “principalmente cubanas”.
El increíble fiasco —agrega la nota— se debe a que las escuelas de medicina de Cuba, “de las cuales la más conocida es la Escuela Latinoamericana de Medicina (Elam) de La Habana, son estatales y sus alumnos son elegidos no por mérito, sino por afinidad ideológica. (…) Desde que el PT, el Partido Comunista del Brasil y el Movimiento de los Sin-Tierra pasaron a presionar al gobierno Lula para facilitar el reconocimiento de diplomas cubanos, el Consejo Federal de Medicina y la Asociación Médica Brasileña han denunciado la mala calidad” de la enseñanza médica en la isla, alertando que “de 298 brasileños que se graduaron en la Elam entre 2005 y 2009, sólo 25 consiguieron revalidar el diploma en Brasil y regularizar su situación profesional”. Es decir, ¡el 92% de los graduados en Cuba fueron reprobados en Brasil!
Cinismo y presiones ideológicas
Ante ese resultado el PT, el PC de B y el MST no se dieron por vencidos y pasaron entonces a reclamar “la revalidación automática del diploma [cubano], sin pasar por exámenes de habilitación profesional”. Pero esto fue vetado por el Consejo Federal de Medicina y por la Asociación Médica Brasileña. “Para ambas entidades, las facultades de medicina de Cuba, de Bolivia y del interior de Argentina tendrían currículos obsoletos, estarían tecnológicamente desfasadas y no cuentan con profesores calificados”.
En un increíble alarde de cinismo, los mencionados grupos de izquierda no ven esas deficiencias como un mal, sino solamente como una muestra de que el “modelo cubano” de enseñanza médica valoriza la “medicina preventiva” más que la “medicina curativa”, y atiende sobre todo a “la población de baja renta”. Porque, según ellos, “los médicos «curativos» tendrían interés apenas en atender a la población de los grandes centros urbanos, sin preocuparse con la salud de las llamadas «clases populares»”.
En otras palabras, curar sería cosa de ricos de las grandes ciudades, y por eso la medicina comunista de Cuba no consiste en curar, sino apenas en “prevenir”… ¿Pero si esa “prevención” falla, qué ocurrirá? Sólo le quedan al paciente dos salidas: o sanarse a sí mismo, o morirse…
En el año 2007, continúa la noticia, la Cancillería del Brasil preparó, conjuntamente con Cuba, un proyecto de ley que permitiría la equivalencia automática de los diplomas de medicina expedidos en ambos países. Pero los líderes del partido de Lula en el Congreso brasileño no lo sometieron a votación, temiendo una probable derrota (el PT de Lula es muy minoritario en el Parlamento). “Al año siguiente, después de un viaje a La Habana, el ex presidente Lula pidió a los Ministerios de Educación y de Salud una «solución» para el caso”. De ahí nació el referido proyecto-piloto, testado en 2010. El mismo prevé una prueba de validación uniforme, preparada por el Instituto Nacional de Estudios e Investigaciones Educacionales del MEC, y aplicada por todas las universidades.
El problema, añade el informe, es que debido a su “desempeño desastroso” los médicos graduados en Cuba tampoco lograrían validar sus títulos en el nuevo sistema. Por eso, ahora, “el gobierno, cediendo una vez más a presiones políticas y partidarias, pretende modificar la prueba de validación, so pretexto de «promover ajustes». Las entidades médicas ya percibieron la maniobra y afirman que no tiene sentido reducir el rigor de los exámenes de conocimientos y habilitación”, concluye el informe.
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Los datos son por demás elocuentes. Esperamos que le sirvan al desavisado ex ministro Ugarte para entender “cuál es el problema” con los médicos cubanos. Para ser admitidos a laborar en el Perú, ellos deberían pasar por un riguroso examen de habilitación, a cargo de una comisión calificadora estrictamente profesional y libre de toda sospecha. De lo contrario estaríamos asistiendo al desembarque en el país de un nuevo Caballo de Troya: un enjambre de médicos de dudosa calificación, probables agentes comunistas, más “especialistas” en subvertir que en curar, y abocados a la conquista ideológica del Perú, como ya lo vienen haciendo en Bolivia y Venezuela.
Todo idealismo frente a la necesidad es un engaño. F. Nietzsche