En zonas vecinas a Caracas, la capital, como la ciudad-dormitorio de Guarenas o el puerto de La Guaira, que la abastece, se han registrado protestas por las faltas recurrentes del servicio de agua.
Inflación, escasez, inseguridad, conflicto de poderes y la epidemia del zika esparciéndose día a día. Este es el escenario apocalíptico al que se enfrentan los venezolanos, según el diario español El País.
Adicionalmente a eso, el fenómeno El Niño ha producido una fuerte sequía en el país. En Falcón, por ejemplo, se ha declarado oficialmente la emergencia “sobre la prestación del servicio público de agua potable y sus instalaciones y bienes asociados, por un lapso de 60 días prorrogable”. En el Zulia, los tres principales embalses no lograron recobrar sus niveles regulares de funcionamiento durante la época de lluvia, que en Venezuela se extiende de mayo a diciembre.
En zonas vecinas a Caracas, la capital, como la ciudad-dormitorio de Guarenas o el puerto de La Guaira, que la abastece, se han registrado protestas por las faltas recurrentes del servicio de agua. Los habitantes de esos lugares se habitúan a obtener el agua de camiones cisterna que acuden en su auxilio.
La crisis estalla en un país que se precia de estar entre los 10 primeros del mundo por sus reservas de agua dulce, que incluyen dos inmensas cuencas, la del Lago de Maracaibo y la del río Orinoco. Pero el mantenimiento de las bombeadoras y sistemas de distribución suele ser deficiente, y las obras diseñadas para suplir el aumento de la demanda —como el sistema Tuy IV, en el área metropolitana de Caracas— se han retrasado en su ejecución.
SM