Eduardo Fernández, presidente de Ifedec, aseguró que el documento “Frente al 2016” constituye una exhortación a abandonar la política de la confrontación que practica el gobierno, sobre todo contra el sector privado de la economía, y que a veces algunos sectores de la oposición también practican contra el gobierno.
Dicho documento fue presentado la semana pasada, además de Ifedec, por las Fundaciones Arturo Uslar Pietri y Alberto Adriani.
¿Qué significación tiene el documento “Frente al 2016”, que acaba de ser presentado por el Ifedec, y las Fundaciones Arturo Uslar Pietri y Alberto Adriani?
-Se trata de una convocatoria a construir una visión compartida. Es una invitación a que resolvamos por la vía del diálogo la grave crisis política, económica y social que estamos atravesando. Es una exhortación a abandonar la política de la confrontación, que practica el gobierno, sobre todo, contra el sector privado de la economía, y que a veces algunos sectores de la oposición también practican contra el gobierno.
-El gran beneficiario de nuestra propuesta sería el ciudadano venezolano; cada uno de nosotros los venezolanos; queremos menos palabras y menos pleitos, y más cosas concretas que nos ayuden a vivir mejor, a fortalecer los salarios y bajar el costo de la vida. Asegurar bienes y servicios; tener productos en los anaqueles de los mercados por la vía de reactivar la economía.
-Nuestra propuesta dice que la economía sólo se podrá reactivar si logramos inversiones productivas, y esas inversiones tienen que ser públicas y privadas, nacionales e internacionales, y sólo tendremos inversiones si hay confianza, y sólo habrá confianza si construimos un gran consenso nacional, disminuimos los pleitos inútiles y estimulamos los acuerdos necesarios.
¿En que se basan ustedes para decir que la grave crisis económica, política, institucional y hasta de valores éticos constituye un grave obstáculo para cualquier programa de desarrollo?
-Vamos con lo primero: la situación económica constituye un obstáculo; porque las dos más graves enfermedades que puede tener una economía alguna son la inflación y la recesión. Tenemos una inflación muy grande, y una recesión, es decir, una caída del PIB muy grande.
-La situación política la caracterizamos con tres elementos; primero, debilidad institucional, empezando por el aparato del Estado, que no logra resolver el problema de la inseguridad; segundo, exagerada polarización, por la ausencia de diálogo, de intercambio, de comunicaciones entre los diferentes sectores de la vida nacional.
-Tercero, hay un grupo muy pequeño de venezolanos que son muy ricos, y un número muy grande y, además, creciente de venezolanos, que son muy pobres, y eso no ayuda a la estabilidad social, a la estabilidad política y al fortalecimiento de la democracia.
-Cuarto, las denuncias de corrupción son muy graves; la convicción generalizada de que hay una serie de políticas que estimulan este flagelo; como el control de cambio y el control de precios que dan lugar a los peores vicios de dolo administrativo debilitan el clima ético de la nación.
En el documento se habla de un fortalecimiento de las instituciones democráticas, ¿acaso el estado comunal, que ha venido estableciendo el gobierno no ha sustituido la antigua estructura de poder basada en la administración central, gobernaciones y alcaldías?
-Yo creo que, además de fortalecer las gobernaciones como instancias regionales de gobierno y las alcaldías como instancias municipales de gobierno, hay que promover lo que llamamos la organización social del pueblo, para tener una democracia, verdaderamente, desestatizada. Pero no es una cosa en lugar de la otra; no, instituciones fuertes y organización social fuerte sin estar sometidos a un gobierno militar.
¿En qué se basaría el plan de reactivación nacional que propone el documento?
-Nosotros los venezolanos podemos producir ron, carne, lecho, caraotas y muchas otras cosas más, que en este momento estamos importando del exterior. Lo que nosotros proponemos, para diversificar la economía venezolana es, justamente, promover inversiones y, por supuesto, estimular a la empresa privada a producir arroz, caraotas, carne mechada y plátanos, de modo que, por lo menos, podamos tener el pabellón criollo.
-Pero, además, podemos producir papel tualé y aceite y muchas cosas más que necesitamos, pero estimulando la inversión, para que la economía venezolana produzca lo que antes ofrecía en el mercado venezolano.
En el documento se habla del desarrollo de un amplio programa social, ¿qué diferencia este programa del relativo a las Misiones chavistas?
-El programa que proponemos tiene mucho que ver con la dignidad de la persona. Lo que nosotros queremos no es que los pobres reciban limosna. Lo que queremos es que los pobres dejen de ser pobres, y el principal instrumento, para que dejen de ser pobres, es más y mejor educación, educación de calidad, educación para el trabajo; para que a través del trabajo los pobres recuperen su dignidad y su independencia; que no tengan que estar esperando dádivas del Estado.
-El instrumento básico de la política social que nosotros proponemos es educación; que dignifica a la persona y la convierte en dueña de su propio destino. Entonces, haríamos un gran énfasis en mejorar las escuelas; en mejorar a los maestros, en mejorar la alimentación de los niños y en mejorar la calidad de la educación, especialmente, la educación para el trabajo. Tú aprendes un oficio y puedes dar mucho más si te capacitas mejor.
También en el documento se habla de una política de reconciliación nacional, y lo que ha expresado el oficialismo es que ellos no van a entregar la revolución. ¿Qué piensa usted?
-El lenguaje de la confrontación debe ser sustituido por el lenguaje de la cooperación. Vamos a respetar la voluntad del pueblo que se va a expresar el 6 de diciembre, y se van a elegir a unos parlamentarios que deben dialogar entre sí para resolver los problemas de la gente.
-Lo importante no es el pleito entre los llamados revolucionarios y los que no se llaman así. Lo importante es resolver el problema del empleo, de la seguridad, de la comida, del abastecimiento. Esos son los problemas que hay que resolver, y dejar un rato por lo menos tanta retórica belicista y de confrontación. Buscar más bien soluciones. Las cosas no están bien.
-El pueblo está bravo y está reclamando a sus líderes atención a la calidad de su vida.
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