Países como Venezuela tienen la oportunidad de reinventarse e innovar
La diputada María Gabriela Hernández, Presidenta de la Subcomisión de Cambio Climático, que forma parte de la Comisión de Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático de la Asamblea Nacional, afirmó que Venezuela ratificó este viernes (Día de la Tierra) su firma del Acuerdo de París en materia de cambio climático.
Hernández señaló que la ratificación de este acuerdo, firmado el pasado mes de diciembre, representa el “inicio del fin de la era de los combustibles fósiles”.
El acuerdo, que ya ha sido ratificado por 170 países, compromete a las naciones a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero (entre ellos el CO2) para frenar el aumento en la temperatura del planeta.
Para la diputada, “son dos los verbos fundamentales que nos comprometen: mitigar y adaptar”. Al respecto, explicó que es necesario que los países suscritos mitiguen la emisión de gases de efecto invernadero, lo que requiere la colaboración del gobierno, empresa privada y sociedad, para hacer los ajustes necesarios para reducir el daño al planeta.
Así mismo, adaptar se refiere a los mecanismos necesarios para hacer un cambio fundamental en el estilo de vida del ser humano, que se evidencie en iniciativas como mayor uso del transporte público, implementación de un sistema de reciclaje en Venezuela, manejo adecuado de los desechos sólidos, protección de los bosques y otras grandes políticas públicas.
Venezuela y el petróleo
Hernández señaló que los países con el mayor nivel de compromiso en el acuerdo son aquellos que más contaminan. Para países como Venezuela, que basan su economía en la explotación del petróleo, “esto representa una gran oportunidad para innovar y reinventarnos. Para diversificar el uso de la materia prima”.
Puso como ejemplo la zona de Punta de Mata, en el estado Monagas, donde se emite la mayor cantidad de CO2 de toda Latinoamérica, debido a la quema de gas producida por la industria petrolera. “Prácticas como esta deben parar por completo”, advirtió.
Por último, recalcó que “la obligación moral que tenemos como humanidad es convertirnos a la energía verde, por la vida nuestra y de nuestros niños por venir”.
NP