«El poder de la Humanidad parece haber prevalecido». Cruz Roja desplegará dentro de dos semanas en Venezuelauna operación de ayuda humanitaria similar a la de Siria, tanto en el volumen de medicamentos y plantas eléctricas que repartirá en hospitales así como en el número de voluntarios. Publica ABC.
Así lo ha anunciado hoy en Caracas Francesco Rocca, presidente de la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, tras el visto bueno de Nicolás Maduro. Todos los líderes bolivarianos han negado hasta la saciedad durante los últimos años que su país, el de la «suprema felicidad revolucionaria», sufra tan evidente crisis humanitaria, convertida en bandera y lucha tanto de la sociedad como de la oposición venezolana.
«Contaremos con las condiciones legales para trabajar en el país para acceder a la ayuda humanitaria que se necesita. Eso no resuelve los problemas y nadie debe asumir que es la solución total», ha concretado Rocca, quien cuenta con más de 2.500 voluntarios.
La operación de la Cruz Roja, tantas veces desechada por el chavismo, llega casi dos meses después de que las fuerzas gubernamentales impidieran a sangre y fuego el paso de ayuda humanitaria desde Colombia y Brasil. Venezuela sufre una calamitosa situación social y económica, que repercute directamente en el servicio público de salud y en el desabastecimiento de medicinas. Cruz Roja pretende actuar directamente en este sector, aunque no duda en limitar las expectativas, calificándolo como un inicio: «No se va a resolver el problema de salud en Venezuela, vamos a hacer lo máximo que se puede».
La primera «inyección» humanitaria asistirá a 650.000 personas. «Esperamos ampliar esa posibilidad», calcula el presidente de la Cruz Roja, quien al principio ha asegurado que se trataba de una operación «similar a la de Siria», aunque más tarde ha querido matizar que lo eran en volumen y número de voluntarios, pero en condiciones distintas. «En algunos momentos en Siria teníamos que hacer 12 o 13 negociaciones con grupos armados. Por fortuna aquí no hay una guerra civil, así que es una situación completamente distinta. Mi comparación fue en términos de la escala de la acción humanitaria», ha justificado Rocca.
El primer objetivo de la ONG es la recuperación de las plantas eléctricas de los hospitales, cuya pésima salud ha provocado muertes durante los dos apagones eléctricos de marzo. «Es una prioridad si no se puede hacer una diálisis y la gente está muriendo por esto», aclara. «No se puede aceptar que niños mueran por falta de luz, no es una patología la falta de luz. Vamos a trabajar en la electricidad de los hospitales con todos nuestros especialistas», ha adelantado el portavoz de la ONG.
Desinversión, corrupción, pésima gestión y la huida de sus técnicos más cualificados ha convertido a uno de los mejores sistemas eléctricos del continente en el más vulnerable. Todavía este viernes, varios estados sólo recibían energía de forma intermitente, mientras el servicio de agua volvía a convertirse en un ‘vía crucis’.
Cruz Roja ha anunciado sin anestesia que está dispuesta a denunciar «toda la interferencia que pueda haber». «Esta sociedad está muy politizada y no podemos hacer daño a nuestro emblema», advierte Rocca, quien ha adelantado que van a certificar cómo está la ayuda que el Parlamento y los gobiernos colombiano y brasileño han acopiado en las fronteras. «Si cumple con nuestro protocolo, claro que vamos a distribuir», ha anunciado oficialmente.
La Iglesia Católica se ha sumado de inmediato a la iniciativa, que supone un giro radical y una luz de esperanza para el pueblo venezolano. «Apoyamos toda iniciativa humanitaria, pues lo importante y lo primero es la gente. Su dignidad y salud. La Cruz Roja Internacional intenta aliviar el sufrimiento de la gente como lo venimos haciendo desde Cáritas», ha asegurado el cardenal Baltazar Porras.
La noticia supone otra bomba informativa, una más, en medio del desafío del Parlamento y del presidente encargado, Juan Guaidó, contra el «hijo de Chávez». Y sólo unas horas después de que el Grupo de Contacto, conformado por la Unión Europea y varios países de la región, adelantaran que las negociaciones para la puesta en marcha de este canal humanitario estaban muy adelantadas.