Al oeste de Maracaibo una gata y un conejo le hicieron una jugada a la naturaleza al procrear un hijo que resultó mitad minino y mitad conejo. El “Gatonejo” nació en una humilde vivienda del barrio Guaicaipuro y lleva por nombre Moti.
El animalito se convirtió en mascota de una familia y pocos saben de su existencia. Sólo algunos vecinos de esa zona de Maracaibo, la mayoría incrédulos, se han acercado a la vivienda para corroborar el rumor del extraño animal producto de ese cruce espontáneo.
Moti, es hembra y fue el fruto de un “amor” a primera vista entre un hermoso conejo blanco y negro traído desde Santa Bárbara del Zulia a la casa de Karina Fernández, relató esta mañana Joel Fernández, sobrino de Karina y dueño del curioso animalito que al caminar deja perplejo a cualquiera por esa mezcla de movimientos de habilidad gatuna y sutileza de liebre.
Cuando arribó el conejo a la casa de los Fernández, a mediados del pasado año, Karina ya tenía una mascota, una gata blanca, cuyo nombre no alcanzó a recordar Joel. El caso es que entre la gatita y el conejo no hubo peleas y compaginaron rápidamente. Tenían toda la casa y el patio a sus anchas. Los dos nuevos amigos causaban admiración por su unión pero esta se convertiría meses después en sorpresa con el alumbramiento de la gata.
Por el mes de octubre del pasado año la minina parió a tres gatitos pero sólo uno llamaba la atención por su forma de caminar. Parecía una cría minusválido de las piernas traseras y por ello, Noraida Contreras, madre de Joel, se encariño con esa pequeña hembrita. Se la llevó a su casa, al lado de su cuñada Karina y a medida que iba creciendo despertaba más curiosidad. No pasaron pocos meses para que le adjudicaran al conejo la “paternidad”, pese a que los otros dos nacieron totalmente gatos.
Hoy Moti tiene ocho meses y quedó huérfano; el conejo blanco y negro se salió de la casa y se extravió, mientras que de la gata cuentan que la atropelló una buseta de Uniseis. Joel Fernández, tomando a su mascota en la mano, mostraba el cariño que él, sus tres hijos y su madre le tienen a Moti. “Desde pequeño lo alimentamos con gatarina y come otras cosas como pan y arroz. Tiene un comportamiento extraño. Cuando corre parece un verdadero conejo. No es agresiva y hasta ahora ningún gato la ha cortejado”, agregó.
Un vecino de ese sector llamó a NAD para mostrar lo que llaman por el sector un Gatonejo. El animal posee muchas características de un Bobtail Japonés, raza de gatos con algunos rasgos de conejo, pero todos aseguran que es producto del cruce del conejo traído de Santa Bárbara y la gata. “Su alma parece de conejo, más que su pelaje trasero, el cual larga de vez en cuando. No tiene el comportamiento de un gato común. Nos toca ver cómo se va a definir sexualmente. Por ahora no le atraen los gatos y pensamos traerle un conejo para ver qué tal se comporta”, explicaba Fernández mientras acariciaba su mascota en el interior de su barbería.
Los Fernández son felices con su mascota y al igual que muchos que la han visto, desean aclarar algunas dudas sobre su genética. Hasta ahora es el único caso que han presenciado. Joel recordó que hace algunos años su madre tuvo un conejo y este se apareó con una gata. “Para esa oportunidad, el conejo, al desmontarse de la gata, esta le dio un zarpazo y le cortó la parte genital. Mi madre lo curó con baigón pues había cogido gusanos y cuando el gato se lamió, murió envenenado”.
(Noticia al Día)