Por citar un ejemplo, en la última visita de Felipe de Borbón a Caracas, siendo príncipe, cenó en casa de Lorenzo Mendoza. La estrecha relación entre el monarca y el empresario venezolano se relata en el libro recién publicado «La Corte de Felipe VI», escrito por Daniel Forcada y Alberto Lardies.
El chavismo denunció ante el Ministerio Público venezolano al empresario Lorenzo Mendoza, propietario del conglomerado Empresas Polar e íntimo amigo del Rey Felipe VI de España. Lo acusan de “usurpación de funciones contra la independencia y soberanía de la nación, asociación para delinquir y traición a la patria”; todo esto por una conversación privada que mantuvo vía telefónica con el reconocido economista Ricardo Hausmann, también venezolano y director del Centro para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard.
Ya Estados Unidos expresó este miércoles preocupación por el “clima de polarización e intimidación” contra opositores en Venezuela, justamente tras el anuncio del proceso legal contra el mayor empresario local.
AMISTAD DESDE MUCHO ANTES DE LA LLEGADA DEL CHAVISMO AL PODER
Pero, ¿qué pasará con España? En ese país de la Península Ibérica tiene Mendoza uno de sus más prominentes e influyentes amigos: el jefe de Estado, el Rey Felipe VI.
Mendoza conoció a Felipe a través del amigo común Javier López Madrid, mucho antes de que el chavismo llegara al poder en Venezuela. Ambos empresarios cursaron, en 1993, una Maestría en Adminisrtación en la MIT Sloan School Management y, a partir de entonces, pasó a formar parte del círculo del heredero.
Por citar un ejemplo, en la última visita de Felipe de Borbón a Caracas, siendo príncipe, cenó en casa de Lorenzo Mendoza. La estrecha relación entre el monarca y el empresario venezolano se relata en el libro recién publicado “La Corte de Felipe VI”, escrito por Daniel Forcada y Alberto Lardies.
El caraqueño Lorenzo Mendoza es de la misma generación que el Rey, aunque tres años mayor.
FAVORES ALREDEDOR DEL MUNDO
En una oportunidad, el magnate venezolano prestó su avión privado y su lujosa mansión en Las Bahamas a Felipe y su prometida Letizia Ortiz, hoy la flamante Reina de España.
La misma aeronave había sido utilizada por el príncipe y sus amigos para un viaje a India con su entonces novia Eva Sannum, en 2002, en el que también participó Mendoza. Un conocido reportaje de la revista ¡Hola!en su versión española lo muestra con polo verde, sentado junto a Felipe en una foto grupal tomada en unas escaleras, entre otras imágenes capturadas en esa ocasión.
Incluso, el ingeniero también prestó su apartamento en París, en la avenida George V, para que Evan Sannum y el príncipe esquivasen a la prensa rosa que rastreaba su pista por los hoteles de la capital francesa. La misma propiedad se prestó para el breve romance del heredero al trono con la actriz estadounidense Gwyneth Paltrow.
Tiempo después, el venezolano también asistió al enlace nupcial de Felipe y Letizia.
A Mendoza, padre de seis hijos, le gusta -como a Felipe- esquiar en nieve y en agua, el béisbol, correr y el tenis. Con la Reina coincide en su voracidad por la lectura, principalmente sobre la historia contemporánea iberoamericana, según reseñó La Razón.
LA GRABACIÓN ¿ILEGAL? DE LORENZO MENDOZA
Volviendo a 2015, la conversación que supuestamente incrimina al magnate venezolano ha sido considerada por abogados y analistas como un diálogo entre venezolanos preocupados por la grave debacle socioeconómica nacional, que no buscaría otra cosa que una solución sensatadentro del sistema financiero mundial.
Los que acusan a Mendoza se han negado a justificar la existencia misma de la grabación que esgrimen en su contra
En la misma, el economista Ricardo Hausmann, constantemente descalificado por el gigantesco aparato propagandístico del chavismo, le comentó a Mendoza sobre la posibilidad de que Venezuela obtenga un financiamiento del Fondo Monetario Internacional (FMI) en caso de un cambio de sistema político en el país bolivariano. El empresario se limitó a darle el visto bueno.
Los que acusan a Mendoza se han negado a justificar la existencia misma de la grabación que esgrimen en su contra y que según la legislación venezolana solo podría ser legal si fuera llevada a cabo bajo expresa autorización judicial.
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