Este jueves corrió la noticia que alarmó a los guayacitanos pero CVG, ente encargado del parque, confirmó que la felina no cruzó las fronteras del zoológico
La mañana de este jueves se escapó una puma hembra del zoológico Loefling, en el parque Cachamay, en Ciudad Guayana, estado Bolívar.
El ente encargado del parque es la Corporación Venezolana de Guayana (CVG). Su presidente, Justo Noguera Pietri, confirmó al final de la tarde que el felino está dentro de las instalaciones del parque Cachamay, el cual ha permanecido custodiado y cerrado desde la desaparición del animal.
La puma, de cinco años y medio, fue traída a los seis meses de Tucupita, Delta Amacuro, luego de ser atropellada. Desde entonces ha permanecido en el parque Cachamay.
Noguera informó que unos 50 trabajadores de CVG, incluyendo veterinarios, están tras su captura.
A las 8:50 de la noche amplió que aún estaban dentro del parque, y que tienen dos rifles tipo farmer. “Vamos a sedarla, esperamos que no esté muerta por allí porque los veterinarios nos han dicho que tenía problemas del corazón”.
Parque abandonado
Noguera indicó que están investigando la posibilidad de que alguien de manera intencional haya abierto la jaula, pues había un mecate amarrado a la puerta.
Usuarios y activistas del parque Cachamay y el zoologico Loefling han denunciado el abandono d esta instalaciones en reiteradas oportunidades, enfatizando que lo animale pasan días sin comer. De hecho, el inventario d la fauna se ha reducido por ello, como el caso d un perro d agua que murió el año pasado por la inanición.
A finales de 2015, el artesano y activista del Cachamay, Victor Lucena, denunció la desatención de los pocos animales que quedan en el Loefling: la puma e acompañada por tres jaguares, un gato salvaje, un cari cari, un caimán, un rey zamuro y un pavo real.
Alertados de la huelga de sangre que emprenderia Lucena, funcionarios de la CVG impidieron la protesta al realizar una jornada de limpieza en el parque a la que asistió el propio Noguera Pietri, comprometiéndose a brindar la alimentación de los animales, confirmando pedidos de búfalos para varios meses.
Sin embargo, las denuncias por la precaria atención a los animales, continúa al segundo trimestre de 2016. Además, las instalaciones del peque Cachamay son inseguras para los propios usuarios, que han sido robados en plena rutina de ejercicios y recreación en varias oportunidades.