Durante los últimos meses, se ha vuelto una costumbre que comercios de toda índole, buscando atraer a la clientela, pongan música en cornetas como si de una fiesta patronal se tratara y en algunos casos, contratan «animadores» para invitar a los transeúntes a comprar su mercancía. Ocurre en Caracas, pero también en Miranda.
El Concejo Municipal de Caracas aprobó en mayo pasado, una ordenanza de Convivencia Ciudadana que prohíbe este tipo de hechos, ya que causan contaminación sónica. Para hacer cumplir la ordenanza, la Policía de Caracas está trabajando en ello, fiscalizando los comercios. En la parroquia Catedral, el comisario jefe, Carlos Flores ordenó procedimiento a la tienda Bambú, que tenía atormentados a los vecinos del sector.
«Entre y véalo usted mismo. Tenemos ropa para los más pequeños de la casa, para las señoras, para los jóvenes», expresaba el hombre contratado por la tienda, una y otra vez. Al son de la música en niveles desproporcionados, durante más de 6 meses, los vecinos se quejaron ante el dueño del comercio, sin éxito. Inclusive, organizados a través del Consejo Comunal recogieron firmas de los vecinos afectados, pero el comerciante hizo caso omiso. Solo recibieron más música, a un volumen más alto.
La Ordenanza para la Convivencia Ciudadana, el Civismo y la Justicia de Paz Comunal del Municipio Bolivariano Libertador del Distrito Capital, establece en su capítulo III correspondiente a las infracciones a la convivencia ciudadana, al civismo y a la paz comunal, en su artículo 25:
Se consideran conductas que afectan la paz y las buenas relaciones entre las personas, las siguientes:
- Utilizar cualquier medio de producción de sonidos, dispositivos, accesorios o maquinaria que produzcan ruidos molestos, desde bienes muebles o inmuebles, en cuyo caso podrán las autoridades competentes identificar, registrar, desactivar o retener preventiva y temporalmente la fuente del ruido, salvo sean originados en construcciones o reparaciones debidamente permisados.
La persona que incurra en una de las conductas antes señaladas, será sancionada con una multa equivalente al pago en bolívares de 30 veces el tipo de cambio oficial de la moneda de mayor valor fijado por el Banco Central de Venezuela, o la realización de uno de los trabajos comunitarios establecidos en la presente Ordenanza.
Asimismo, establece un apartado sobre los actos que generan contaminación sónica. En el artículo 31, numeral 3 suscribe:
«Colocar música con altos niveles de sonido en espacios residenciales, locales comerciales con abertura hacia espacios públicos, en unidades de transporte de pasajeros y pasajeras, en vehículos particulares estacionados o en circulación con ventanillas abiertas, o en cualquier otro lugar donde el efecto del sonido provoque alteración a la paz ciudadana».
La persona que incurra en una de las conductas antes señaladas, será sancionada con una multa equivalente al pago en bolívares de cincuenta (50) veces, el tipo de cambio oficial de la moneda de mayor valor fijado por el Banco Central de Venezuela, o la realización de uno (1) de los trabajos comunitarios establecidos en la presente Ordenanza.
Debido a la falta de empatía del encargado de la tienda Bambú, los vecinos, haciendo uso pleno del poder ciudadano a través de las leyes, acudieron ante la Policía de Caracas y fueron atendidos por el comisario Flores, quien tomó acciones inmediatas y trasladó el caso a su despacho, logrando finalmente que la tienda acatara la nueva ordenanza.
Es importante que los caraqueños sepan que existen ordenanzas que garantizan su bienestar y convivencia con los demás, y sobre todo que cuentan con efectivos que tienen el deber de hacer cumplir estas disposiciones.
Los vecinos están muy complacidos con la disposición del comisario Flores, su eficiencia y amabilidad.