Así están las colas en los comercios de San Antonio del Táchira (Fotos)

Centenares de hombres y mujeres, muchos de ellos con niños en brazos y bajo un inclemente sol, se apilaron este  jueves a las puertas de establecimientos  comerciales de San Antonio del Táchira en busca de productos alimenticios, pañales y de aseo personal, que son vendidos a precio regulado, bajo la fiscalización de la Fanb,  funcionarios del Seniat y Sundde, reseña La Nación.

También en las ventas de cauchos para vehículo que hay en la población, desde el pasado lunes y desde  tempranas horas de la mañana y hasta la noche, se observan filas de propietarios de vehículos  que tratan de comprar  neumáticos a precio  regulado, tras la presión que sobre  los propietarios de estos establecimientos han ejercido  los diferentes  organismos del Estado, una vez que el  presidente de la República decretó el estado de excepción en seis municipios limítrofes del estado Táchira.

En establecimientos comerciales de venta de alimentos,  artículos de limpieza,  carnicerías  y ventas de caucho, han comenzado a aparecer  artículos que hasta hace pocos días era casi imposible encontrarlos o si los había, como es el caso de los cauchos, tenían precios exorbitantes. Ante el temor de ser sancionados o cerrados, los dueños de estos locales comenzaron a vender  la existencia que tienen y la gente hace filas para comprar.
En un comercio  próximo al Centro Cívico de San Antonio, centenares de personas,  adultos mayores,  mujeres con niños de pocos meses  en brazos, hacían  fila  para  tratar de  ingresar al local  y comprar.  En medio de empujones, bajo el  inclemente sol, el control de soldados y guardias, para los compradores la situación era angustiante, pero aun así se mantenían en  la fila  con la intención de  adquirir  artículos que pocas  veces se  encuentran en los establecimientos comerciales de  San Antonio del Táchira.La situación más dramática con los compradores y consumidores, sin embargo, se puede apreciar en los abastos y supermercados donde hay venta de  productos alimenticios, pañales, toallas  sanitarias o artículos de  limpieza, que llegan y que luego de una fiscalización por parte de los organismos del Estado se venden a precio justo.

Situaciones parecidas, con largas filas de angustiados compradores, se repiten  diariamente  en los establecimientos comerciales de San Antonio y Ureña, a donde llegan productos  regulados o donde   las autoridades obligan a vender los artículos en existencia que estaban acaparados.
José Gregorio Hernández
Foto/Carlos Eduardo Ramírez

Fotos Reuters y AFP