Decenas de miles de hongkoneses volvieron a expresar hoy su rechazo al Gobierno y exigieron reformas democráticas en una marcha que recorrió algunas de las arterias comerciales de la ciudad provocando el cierre de establecimientos y alteraciones del tráfico.
Al término de la marcha, algunos de los manifestantes trataron de rodear la comisaría de Tsum Sha Tsui y la Policía reaccionó lanzando gases lacrimógenos para dispersarlos y tratar de arrestarlos.
En un comunicado, el cuerpo policial condenó los «actos violentos» de «un grupo de manifestantes radicales» que se habían congregado en la mencionada comisaría para «prender fuego en varias zonas, dañar vehículos y lanzar objetos contra el edificio».
Desde las 16.00 hora local (08.00 GMT), los manifestantes -120.000, según los organizadores- se congregaron en el distrito de Mong Kok, popular destino de compras y escenario de los enfrentamientos de las protestas prodemocráticas de 2014, constató Efe.
La marcha provocó el cierre de tiendas y alteraciones del tráfico -los manifestantes bloquearon un túnel durante una hora- entre llamadas a la huelga general convocada para el lunes y proclamas contra la Policía por lo que los manifestantes, en su mayoría jóvenes, consideran un excesivo uso de la violencia para reprimirles.
Así, los manifestantes cantaron consignas como «Recuperar Hong Kong, la revolución de este tiempo» y «¡El lunes, huelga!» pero evitaron enfrentarse con los agentes tras los 44 arrestos de la semana pasada en lo que parece un cambio de táctica ante el alto coste que está teniendo para ellos la confrontación directa.
La mayoría de las tiendas en Nathan Road, una avenida llena de innumerables comercios y normalmente llena de turistas, cerraron a cal y canto durante toda una jornada que durante la tarde vio cómo algunos manifestantes ocupaban calles no previstas en la ruta inicial sin ningún destino preestablecido.
Poco después, a las 18:00 hora local (10:00 GM), algunos manifestantes tomaron una medida inusual: establecer barricadas improvisadas para bloquear el túnel Cross Harbor en Hung Hom que conecta Kowloon con la isla de Hong Kong.
La multitud ocupó todos los carriles fuera del túnel, paralizando el tráfico durante aproximadamente una hora, reflejando el cambio de táctica de los manifestantes, sobre todo de los jóvenes que suelen situarse en primera línea.
«Con tantos detenidos, el coste de la confrontación directa con la Policía se ha vuelto demasiado alto para nosotros», dijo a Efe un manifestante vestido de negro y enmascarado que se identificó como Jeff.
Añadió que los manifestantes buscan ahora acciones «relámpago» en lugar de establecer barricadas y «permanecer quietos durante horas. Habrá más idas y venidas continuas y la Policía no lo tendrá tan fácil para detenernos», indicó.
Menos de una hora después, el túnel volvió a abrir y los manifestantes volvieron a Mong Kok.
Entre tanto, algunos activistas crearon barricadas improvisadas utilizando medianas desmanteladas de las carreteras: «Nadie sabe qué sigue. Improvisaremos», dijo Jeff.
En cualquier caso, los manifestantes volvieron hoy a ignorar las advertencias de Pekín con sus protestas y proclamas. Además, planean otras dos marchas mañana, en la isla de Hong Kong y en la bahía de Tseung Kwan O.
Mientras tanto, miles de partidarios de Pekín, en su mayoría vestidos de blanco y portando banderas de China, se reunieron también hoy para mostrar su apoyo al Gobierno local y a los agentes.
La protesta se produjo un día después de que miles de funcionarios públicos dieron un paso sin precedentes asistiendo a una concentración en la que pidieron al Gobierno hongkonés que escuche a la gente.
La Justicia hongkonesa se erigió la semana pasada como protagonista de la crisis después de que la Policía acusase formalmente a 44 personas de revuelta, delito penado con entre 5 y 10 años de prisión, aunque todos menos uno -que no compareció- quedaron en libertad bajo fianza hasta la próxima vista, prevista para el 25 de septiembre.
Asimismo, saltaron las alarmas entre las fuerzas prodemócratas después de que la guarnición del Ejército chino en la ciudad publicase un vídeo este miércoles en el que se muestra a los soldados llevando a cabo entrenamientos antidisturbios, y a uno de ellos gritando «las consecuencias serán por vuestra cuenta y riesgo» en cantonés -idioma más utilizado en Hong Kong-.
Las manifestaciones comenzaron a principios de junio en Hong Kong contra una controvertida propuesta de ley de extradición y han derivado hacia demandas más amplias sobre los mecanismos democráticos de la ciudad, cuya soberanía recuperó China en 1997 con el compromiso de mantener hasta 2047 las estructuras establecidas por los británicos.
A pesar de que la jefa del Gobierno local, Carrie Lam, dio por «muerto» el proyecto, los manifestantes no se dieron por satisfechos y han seguido inundando las calles de la ciudad durante los últimos ocho fines de semana.