Con las exportaciones petroleras a China en aumento, Venezuela produce actualmente algo más de 400.000 barriles por día (bpd) y debería superar los 550.000 barriles a finales de este año, según las proyecciones de S&P Global Platts Analytics.
El mejor escenario de la empresa especializada es que la extracción se eleve a más de 800.000 bpd a finales de 2022.
«Los volúmenes podrían superar el millón de barriles diarios si se levantaran la mayoría de las sanciones, pero los problemas de infraestructura del país impedirían un aumento mucho mayor», dice un reporte de S&P Global Platts.
– Optimismo –
De acuerdo con la nota citada, un representante de una de las empresas asociadas a Pdvsa en la Faja del Orinoco, quien habló bajo condición de confidencialidad, dijo que espera que los ajustes en las sanciones, con la reapertura de los intercambios de crudo por diésel, lleguen tan pronto como en mayo.
«Pensábamos que la nueva administración no iba a revisar las licencias hasta junio, pero, con la escasez de diésel y la crisis humanitaria en Venezuela, parece que la gente de Biden quiere apresurar esas decisiones», dijo.
Sin embargo, en el exterior no comparten el mismo optimismo; de hecho, Francisco Monaldi, investigador de la Rice University en política energética de América Latina, advirtió que «Venezuela podría enfrentar una escasez masiva de diésel en los próximos meses».
«Hay presión sobre Biden para que intervenga en la crisis humanitaria. Por otro lado, la administración no quiere que se vea que ha cedido a esta presión sin ninguna concesión».
Esencialmente, se está jugando un juego geopolítico del «gato y el ratón» sobre la principal fuente de combustible de Venezuela. Aunque la creciente escasez de diésel es un problema muy real, dijo Monaldi, Maduro puede crear intencionalmente aún más escasez, con el fin de poner una presión adicional sobre Biden en un esfuerzo por culpar a los EE.UU. de gran parte de los problemas económicos de Venezuela.
– Menos prioridad para Biden –
La llamada campaña de «máxima presión» del ex presidente Donald Trump acabó con los canjes en un esfuerzo por expulsar a Maduro del cargo en favor del líder de la oposición Juan Guaidó. Pero la popularidad del líder opositor no ha aumentado desde el año pasado y su reconocimiento como verdadero líder de Venezuela está disminuyendo tanto en la oposición interna como a escala internacional.
«Realmente sólo Estados Unidos sigue reconociendo a Guaidó», dijo Fernando Ferreira, director de riesgo geopolítico de Rapidan Energy Group. «Todavía no estamos preparados para aceptar la realidad. Intentamos la máxima presión y no funcionó. Maduro está muy seguro en su posición hoy, y el riesgo de un golpe es muy bajo».
Si bien se espera una eventual flexibilización de las restricciones a los canjes de diésel, dijo Ferreira, no hay grandes esperanzas de que se produzcan grandes concesiones por ninguna de las partes, salvo que Maduro tal vez acceda a unas elecciones más libres y abiertas a escala local y regional.
El asunto se complica aún más porque Venezuela ocupa un lugar relativamente bajo en la lista de prioridades de Biden, por detrás de los asuntos internos -la pandemia y el despliegue de vacunas, el cambio climático, las infraestructuras- y las disputas con rivales extranjeros como China, Irán y Rusia, dijo Raad Alkadiri, director senior del Centro para el Impacto Energético del Boston Consulting Group.
«El objetivo en Venezuela no está tan claro y no parece tan prioritario», dijo. «El levantamiento más amplio de las sanciones petroleras no parece que vaya a ser una prioridad en los próximos meses».
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