Los venezolanos viajaban en canoas el sábado para ir de compras a Colombia y superar así la medida gubernamental contra el contrabando y la migración que cerró al menos seis pasos fronterizos clave para las comunidades de ambos lados.
Por ADREINA MATHEUS, Associated Press
El precio promedio para atravesar un río corto en una canoa de madera es de menos de un dólar, según la tasa de cambio en el mercado negro venezolano. Algunas de las aproximadamente 50 personas que esperaban el sábado para atravesar, bajo la mirada de los soldados venezolanos, eran lugareños que buscaban conseguir los medicamentos que tanto escasean en Venezuela.
El cruce entre Boca del Grita y Puerto Santander en Colombia es uno de los al menos seis pasos adicionales cerrados por el presidente Nicolás Maduro bajo el argumento de acabar con el contrabando y el accionar de bandas paramilitares en la frontera oeste de Venezuela.
Los cierres han mermado el alud de mercancías de contrabando que circulan desde Venezuela, donde los productos están fuertemente subsidiados, hacia Colombia donde pueden comercializarse a precios más altos. Autoridades venezolanas culpan a los contrabandistas de la profunda escasez de productos básicos.
Pero los cierres también han afectado la vida de cientos de personas que diariamente cruzan la frontera para trabajar, hacer compras y visitar a sus familiares. Se estima que al menos 5 millones de colombianos viven en Venezuela, y muchos de ellos tienen doble nacionalidad.
Los militares venezolanos expulsaron la semana pasada a cientos de colombianos que vivían en barrios pobres porque, según dijeron, se trataban de focos de contrabando. Esto no se ha repetido en los últimos días.
Aun así, muchos lugareños temen que las deportaciones masivas continúen. Las autoridades estiman que unos 8.000 colombianos han huido o han sido deportados desde Venezuela desde que empezaron las medidas fronterizas.
Martha Restrepo, una de las que esperaba el sábado para cruzar el río, planeaba regresar a vivir a Colombia después de vivir 10 años en Venezuela sin autorización.
(Foto EFE/MANUEL HERNANDEZ)
“Yo me voy porque esto es muy bravo”, exclamó Restrepo, madre de dos niños. “Yo llegué acá hace 10 años a trabajar, y me voy por lo que dijo Maduro”.
La Cruz Roja ha tenido que establecer del lado colombiano varios albergues de emergencia porque los permanentes están desbordados.
Durante la jornada el presidente colombiano Juan Manuel Santos visitó uno de estos albergues instalados en la ciudad de Cúcuta.
“Aquí estamos para atenderlos. Siéntanse en su casa”, les dijo el mandatario a cientos de los colombianos expulsados desde Venezuela.
“Vamos a darles empleo” y a asegurar que sus hijos vayan al colegio y “no pierdan un solo día de clase”, agregó Santos, quien recordó que espera la autorización de Venezuela para enviar camiones que recojan los enseres de los colombianos.
En tanto, el vicepresidente venezolano Jorge Arreaza visitó uno de los pasos fronterizos cerrados. Allí fue recibido en medio de los reclamos de los lugareños que han visto afectadas sus oportunidades de trabajo.
“Aquí conviven venezolanos y colombianos. Nosotros estamos trabajando en la generación de planes productivos para garantizar el buen vivir desde el trabajo”, dijo Arreaza.
La indignación entre los colombianos creció en la víspera al ver a Maduro bailar una de sus danzas tradicionales, durante una movilización convocada en apoyo a los cierres fronterizos y la expulsión de colombianos que carecen de permiso de residencia. Maduro tenía previsto viajar el sábado hacia China para sellar acuerdos de cooperación.
“‘La pollera colorá’, debemos decir, no lo prestamos al tirano”, dijo el expresidente colombiano Álvaro Uribe (2002-2010), quien ha librado una larga guerra de palabras con Maduro y con su antecesor, el fallecido presidente Hugo Chávez. “La pollera colorá” es una cumbia.
Naciones Unidas expresó su preocupación el viernes respecto a las posibles violaciones a los derechos humanos de los colombianos expulsados. El Departamento de Estado norteamericano instó a Venezuela a prestar atención al “empeoramiento de la situación humanitaria” a lo largo de la frontera, y pidió que se abstuviera de deportar a los refugiados.
La Organización de los Estados Americanos tiene prevista una reunión de emergencia para el lunes con el fin de analizar la situación. Los ministros del Exterior de Suramérica se reunirán el jueves.
AP