Un año después de haberse intentado ocultar de la justicia venezolana, los funcionarios de investigación de homicidios de Perú detuvieron a Verónica Andreina Montoya Araujo, de 25 años, la madrugada del sábado 14 de septiembre en la discoteca Kalúa, ubicada en la avenida La Marina de Lima.
Los funcionarios estaban tras la pista de los ciudadanos venezolanos implicados en el doble homicidio en San Martín de Porres ocurrido días antes, donde dos jóvenes (un peruano y un venezolano) fueron desmembrados. Las autoridades de ese país tenían evidencias de que una mujer con apariencia voluptuosa había participado.
Esto, gracias a los videos de seguridad que captaron cámaras en las instalaciones del hostal y en las afueras. No tenían la certeza de que se trataba de Verónica, pero en redadas nocturnas llegaron a ella por su apariencia.
Sin embargo, determinaron que no estaba involucrada en ese caso, pero la revisión de sus datos arrojó una solicitud por Interpol con alerta roja por el crimen de su ex suegra ocurrido en Venezuela.
Además, la policía peruana asegura que está ligada a una red de proxenetas en Lima Norte, pues la joven se hacía llamar “Roxy”. Todo lo tienen soportado en una investigación.
Desde ese momento, Verónica quedó detenida para su proceso de extradición, pues así lo exigía la boleta emitida por la Policía Internacional.
Venganza por la separación
Mayra Josefina Arias Loreto, de 57 años, era la exsuegra de Verónica.
La mujer, educadora de profesión, fue asesinada a las ocho de la noche del lunes 3 de septiembre de 2018 en su vivienda ubicada en la urbanización Paraíso de Paraparal, municipio Los Guayos del estado Carabobo.
Fue atacada a tiros por un sujeto que ingresó sorpresivamente a la casa. Para el momento nadie sabía la causa del homicidio, pero meses después, durante la investigación que adelantó el Cicpc, hubo señalamientos hacia un funcionario activo de las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) de la Policia Nacional Bolivariana (PNB).
Se trata de Yocied García, a quien el Tribunal Penal Primero de Control del estado Carabobo le dictó orden de captura el día 20 de agosto de este año 2019 por estar presuntamente implicado en el asesinato.
Una semana antes, el 12 de agosto, ese mismo tribunal emitió la misma orden en contra de Verónica y solicitó, además, atención inmediata de la Interpol. Verónica también fue funcionaria de la PNB, y su pareja era otra policía de ese mismo organismo, de nombre Karent Adriana Carrillo Arias, de 26 años, hija de Mayra Josefina.
El vínculo amoroso que sostuvieron estas mujeres las llevó a retirarse de la policía para buscar calidad de vida fuera del país. Renunciaron del organismo en diciembre del año 2017 y se fueron a vivir a Colombia.
Meses después, Karent decidió regresar a Venezuela para acompañar a su madre, supuestamente, con la esperanza de regresar al lado de Verónica. Sin embargo, Karent inició una relación amorosa con un hombre en Venezuela y se lo notificó a Verónica.
Culminó la relación y prefirió quedarse al lado de su madre y rehacer su vida. Esta situación no fue aceptada por Verónica, quien decidió vengarse por la traición de su novia y planificó el crimen de la suegra. Para ello, contactó a su excompañero Yocied y le ordenó matar a la mujer.
Hubo un acuerdo monetario en dólares que no fue revelado por las autoridades que investigaron el caso. Lo cierto es que el funcionario activo de las FAES cometió el crimen el 3 de septiembre.
Una vida de lujos
Verónica se graduó en la décima promoción de la PNB en julio del año 2017. Trabajaba en la oficina de Garantías del Detenido en Caracas, mientras que su novia Karent cumplía labores de patrullaje en Valencia.
En diciembre de ese mismo año se retiraron del organismo y se mudaron a Colombia. Ambas disfrutaban de una vida de placeres y lujos. Verónica se caracterizaba por estar deslumbrante en apariencia y frecuentaba locales de belleza.
La poca remuneración que recibían como policías no les permitía cumplir con sus atenciones. Luego de la separación, Verónica viajó a Perú donde se radicó.
En ese país las autoridades de migración registraron su ingreso el 13 de enero de 2019 procedente de Ecuador, por vía aérea. Ya había tenido una entrada al país el día 7 de mayo de 2018, también procedente de Ecuador.
Su salida aérea fue registrada el 4 de agosto de ese mismo año con destino a Panamá. Una vez radicada en Perú, disfrutaba de las mieles de la vida nocturna, la moda y el exhibisionismo. Sus redes sociales lo demuestran.
Las publicaciones daban cuenta de fiestas recurrentes en discotecas, reuniones con mujeres voluptuosas y hasta fotos con la conocida Jimena Araya “Rosita”.
Tras su captura en Lima, Verónica fue llevada a tribunales donde le dictaron prisión preventiva el día 16 de septiembre y permanece recluida en el anexo femenino del penal de Chorrillos en Lima.
La noche de este jueves el juzgado penal de guardia de la Corte Suprema de Justicia peruana acordó su extradición a Venezuela, donde la espera el Tribunal Penal de Primera Instancia en funciones de Control para iniciar el juicio en su contra.