La Organización Meteorológica Mundial (OMM) advirtió ayer de que una fuerte ola de frío, incluso para estas fechas, se está abatiendo sobre Europa, con efectos como grandes nevadas o avalanchas en zonas montañosas. El fenómeno tiene su origen en una borrasca formada en Suecia y en el norte de Alemania, que ha causado inundaciones en las costas del Báltico y precipitaciones de nieve en el sur del territorio germano y en Austria, ha explicado este viernes Clare Nullis, una portavoz de la OMM.
Este organismo prevé que la ola de frío se prolongue al menos una semana más en el centro, este y sureste de Europa y no descarta que se propague al centro y oeste del continente.
Austria y la parte occidental de Suiza han declarado alertas por alto riesgo de nuevos aludes, después de que varias avalanchas de nieve se hayan cobrado la vida de tres personas en Austria y dos en Italia.
Numerosas carreteras y varias estaciones de esquí en los Alpes se han visto obligadas a cerrar sus instalaciones. Militares austriacos tuvieron que evacuar en helicópteros a 66 alumnos y maestros alemanes en la estación de Kasberg, donde se acumulan más de cinco metros de nieve. Más de 500 soldados del país centroeuropeo han participado en tareas de rescate.
En Alemania, el conductor de una quitanieves, de 48 años, falleció después de que el vehículo que operaba en el sur del país cayera a un río desde un puente. El jueves, un niño murió en Aying, junto a Múnich, al caerle encima un árbol que cedió al peso de la nieve. Varios automovilistas tuvieron que pasar la noche del jueves en sus coches en la autopista A8 en el sureste de Munich y unos 200 vuelos fueron cancelados en todo el país.