Al menos 8 personas han fallecido y otras 178 se han contagiado de coronavirus tras una boda celebrada el 7 de agosto en el pueblo de Millinocket, estado de Maine (EEUU). Las autoridades locales han abierto una investigación dado que los asistentes parecen haber inducido nuevos casos en lugares como prisiones y hogares de ancianos.
Celebrar una boda en época de pandemia es siempre algo arriesgado y más si no se respetan los límites de aforo impuestos a fin de evitar contagios masivos.
Desoyendo las recomendaciones de las autoridades, los novios invitaron a 65 personas a su fiesta en lugar de limitarse a las 50 permitidas. Fue entonces cuando más de una veintena de asistentes se contagiaron, provocando posteriormente olas de contagios secundarios y terciarios en el estado de Maine, con un resultado de ocho fallecimientos, por ahora.
El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Maine abrió una investigación al respecto dada la gran incidencia de contagios que se está observando a lo largo del estado desde el día de esa boda. Y es que a raíz de eso se detectaron 39 positivos en un hogar de ancianos del estado, donde ya han fallecido siete personas, y más de 80 casos en una prisión situada a unos 370 kilómetros de Milinocket.
Todo esto supone un duro golpe para Maine, que impuso desde el principio reglas de confinamiento y distanciamiento muy estrictas para luego flexibilizarlas debido a la baja incidencia de contagios. Esto evidencia la importancia que tiene no bajar la guardia y seguir protegiéndose del virus a toda costa.
«Cuando nos enteramos de lo que sucedió, todo el mundo volvió a entrar en cuarentena (…). Todo cerró en el pueblo», dijo Cody McEwen, presidente del concejo municipal.
Los organizadores del evento, que explican su decisión de superar el aforo permitido como un malentendido, se han encontrado con la furia del pueblo por haberse visto obligado a volver a confinarse.
Por su parte, la gobernadora de Maine, Janet Mills, ha instado a los ciudadanos a tomar conciencia de que este aumento de casos amenaza con arruinar los progresos realizados.
A nivel nacional, eventos multitudinarios y fiestas universitarias están poniendo en jaque la salud pública en EEUU, ya lastrada por una pandemia que ha dejado hasta ahora más de 7 millones de contagios y un balance de más de 203.000 muertos.