Un sismo fuerte y poco profundo derribó edificios y muros el lunes en Java, la populosa isla principal de Indonesia, donde mató al menos a 162 personas e hirió a cientos. La gente corrió a las calles, algunos cubiertos de sangre y polvo blanco, para ponerse a salvo.
Trabajadores de emergencias atendían a los heridos en camillas ante los principales hospitales, en terrazas y estacionamientos. Entre las víctimas había muchos niños, algunos de los cuales necesitaron mascarillas de oxígeno, tratamiento por vía intravenosa o reanimación cardiopulmonar.
Los vecinos, algunos con niños que lloraban en brazos, huyeron de viviendas dañadas después de que el sismo de magnitud 5,6 golpeara la región de Cianjur, en la provincia de Java Occidental, a última hora de la tarde, a una profundidad de 10 kilómetros (6,2 millas). El sismo sembró el pánico en la zona metropolitana de Yakarta, donde los rascacielos oscilaron y algunos fueron evacuados.
Equipos de rescatistas y civiles buscaban en Cianjur a personas que pudieran haber quedado sepultadas entre los restos de casas de ladrillos. El temblor tuvo fuerza suficiente para derribar muros, trozos de concreto y tejas, algunas de las cuales cayeron en dormitorios.
“El temblor se sintió muy fuerte. Mis colegas y yo decidimos salir de la oficina en la novena planta por las escaleras de emergencia”, dijo Vidi Primadhania, que trabaja en el sur de Yakarta.