Un civil murió en una de las múltiples manifestaciones celebradas en Irán desde el viernes por la noche contra el aumento del precio de la gasolina, anunciado por sorpresa por el gobierno, en plena crisis económica.
El viernes, las autoridades anunciaron un aumento de al menos el 50% del precio de la gasolina, fijado hasta ahora a 10.000 riales, menos de ocho céntimos de euro.
La reforma se presenta como una medida para recaudar dinero que será distruido entre las familias pobres, en un país productor de petróleo cuya economía, asfixiada por las sanciones estadounidenses, tendrá un decrecimiento del 9% este año, según el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Pero nada más ser anunciado, este aumento suscitó divisiones, sobre todo en las redes sociales y en el seno de la clase política, que critica el momento elegido por el gobierno, a pocos meses de las elecciones legislativas de febrero.
En Sirjan (centro) las manifestaciones fueron «importantes» y la gente «atacó un depósito de gasolina e intentó prenderle fuego», antes de que la policía interviniera para evitarlo, explicó la agencia de prensa oficial Irna.
«Desgraciadamente una persona murió», dijo Mohammad Mahmudabadi, el gobernador interino de Sirjan, citado por Irna.
También indicó que hay civiles heridos e insistió en el hecho que «las fuerzas de seguridad no recibieron la autorización de disparar [a los manifestantes] y que solo fueron autorizadas a disparar [al aire] como advertencia».
También hubo manifestaciones en Machhad (norte), en Ahvaz, Chiraz y Bandar Abbas (sur), en Birjand, en el este, y en Gachsaran, Abadan, Khoramshahr y Mahshahr, en el suroeste.
Los manifestantes bloquearon las carreteras, pero las protestas fueron limitadas y fueron disueltas a medianoche, indicó Irna.
Ni un rial al gobierno
En diciembre de 2018 el presidente Hasán Rohani ya intentó aumentar los precios de la gasolina, pero la medida fue bloqueada por el parlamento.
El país llevaba entonces varios días paralizado por manifestaciones provocadas por las medidas de austeridad.
Para los conductores que tienen una tarjeta para llenar el depósito, el precio será ahora de 15.000 riales (once céntimos de euro) con un máximo de 60 litros al mes.
Cada litro suplementario costará 30.000 riales (22 céntimos de euro).
Las tarjetas fueron introducidas en 2007 cuando el gobierno ya había intentado reformar el sistema de subvenciones y luchar contra el contrabando.
Finalmente abandonó el sistema de tarjetas, pero volvió a introducirlas en noviembre de 2018.
Irán es uno de los países donde la gasolina está más subvencionada. Gracias a los precios bajos, el consumo de carburante es elevado, con 90 millones de litros consumidos al día en un país de 80 millones de habitantes.
Según el presidente Hasan Rohani, los beneficios del aumento del precio de la gasolina tienen que ser redistribuidos entre los iraníes que se enfrentan a dificultades económicas, es decir un 75% de la población.
El aumento debería generar 300 billones de riales (uno 2.300 millones de euros) adicionales al año, indicó la televisión de Estado y el responsable de planificación del presupuesto, Mohammad Bagher Nobakht.
AFP