Quería causar una masacre de niños. Ousseynou Sy, de 47 años y origen senegalés aunque con nacionalidad italiana desde hace 17 años, conducía un autobús con 51 escolares, de unos 12 años, de la Escuela Media Vailati de Crema, municipio situado a 50 kilómetros de Milán. Había cargado el autobús con recipientes de gasolina que había escondido previamente. Acabaron derramados en el vehículo. Quería quemarlos a todos.
El conductor aterrorizó a los adolescentes con esta amenaza: «Vamos a Linate (el aeropuerto milanés). Hoy de aquí no sale vivo ninguno». Después secuestró sus teléfonos móviles y pidió a los profesores que maniataran a los niños con bridas de plástico. «Nos decía que si nos movíamos, derramaba la gasolina y le prendía fuego; gritaba que las personas en África mueren por culpa de Di Maio y Salvini [los líderes del Movimiento 5 Estrellas y la Liga, respectivamente]», contó una niña que viajaba en el autobús. También, según las primeras reconstrucciones, gritó: «Basta ya. Hay que parar las muertes en el Mediterráneo». Uno de los adolescentes, un pequeño héroe, logró pedir auxilio a emergencias.
Los carabineros establecieron rápidamentevarios puestos de control para bloquear al autobús. El conductor forzó una de las barreras, chocó contra algunos coches y perdió el control. El vehículo se paró definitivamente en un guardarraíl. Sy terminó desparramando la benzina y le dio fuego con un mechero. Fue el infierno.
Afortunadamente, la rápida intervención de los carabineros evitó la catástrofe. Los militares rompieron los cristales y la puerta posterior, permitiendo escapar a los escolares aterrorizados. Un milagro. Ninguno resultó gravemente herido. Inmediata fue también la intervención del servicio de emergencias, con 14 ambulancias y un helicóptero.
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Doce escolares y dos adultos tuvieron que ser ingresados en un hospital por un principio de intoxicación y por excoriaciones. Otros fueron asistidos por un psicólogo.
También el conductor Sy fue llevado al hospital, con quemaduras en las manos y en un brazo. Está detenido con la acusación de masacre y secuestro de personas, agravado por la minoría de edad de las personas afectadas. El senegalés tiene antecedentes por conducción bajo los efectos de alcohol y violencia sexual. Ante esta ficha policial, el ministro del Interior, Matteo Salvini, comentó: «¿Por qué una persona con tales antecedentes conducía una autobús para el transporte de niños?».
El fiscal jefe de Milán, Francesco Greco, advirtió: «Podía haber sido una masacre. Pero fue un milagro. Estuvieron excepcionales los carabineros, tanto para detener al conductor como para sacar del autobús a todos los niños». El fiscal ha destacado también que el conductor llegó a tener a «dos niños como rehenes», a los que amenazó con matar.
El magistrado Greco no descarta que se trate de terrorismo: «Tenemos en cuenta también la hipótesis de terrorismo». Los carabineros indagan ahora en la casa de Ousseynou, que vivía solo, para comprender las causas de su gesto. No habría hecho ninguna invocación al islam. Sus colegas dicen que no dio nunca señales de desequilibrio.