Tras seis meses de audiencias, un comité del Senado brasileño recomendó acusar al presidente Bolsonaro y a cuatro de sus ministros de “crímenes contra la humanidad” debido a la respuesta a la crisis sanitaria desatada por el Covid-19, que deja más de 600.000 víctimas mortales en el país. El mandatario se defendió de las acusaciones afirmando que no son culpables de «absolutamente nada».
La Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI), que durante seis meses investigó el accionar del Gobierno brasileño durante la emergencia sanitaria, recomendó este 20 de octubre acusar al presidente Jair Bolsonaro y a otros funcionarios de ocho delitos, entre ellos “crímenes contra la humanidad”, epidemia con resultado de muerte, infracción de medidas sanitarias y charlatanería médica.
La pandemia de Covid-19 ha matado a más de 600.000 personas en Brasil, uno de los países más afectados del mundo, por lo que el comité destacó en su informe que la abultada cifra se relaciona con las decisiones que tomó el Gobierno brasileño apoyado en el negacionismo de Bolsonaro frente al virus.
Desde el inicio de la emergencia sanitaria, el mandatario ha minimizado repetidamente la gravedad del virus, calificándolo de «pequeña gripe», promoviendo tratamientos sin base científica, criticando y bloqueando medidas de los gobiernos locales para frenar la propagación y haciendo campañas de desprestigio en contra de las vacunas. Una actitud que no ha cambiado a lo largo de año y medio de pandemia.
“Al insistir en el ‘tratamiento precoz’ como única política para combatir la pandemia, Bolsonaro colaboró fuertemente con la propagación del Covid-19 en Brasil y, así, se mostró como el principal responsable de los errores cometidos por Gobierno», sostiene el informe de 1.200 páginas redactado por el senador Renan Calheiros, instructor del grupo parlamentario.
Bolsonaro, cuatro ministros y 61 funcionarios, en la mira del comité investigador
Como acusados de prevaricación, falsificación de documentos públicos, uso irregular de dinero público y atentados contra la dignidad del cargo, el comité señala a Bolsonaro, cuatro de sus ministros (Marcelo Queiroga, Walter Braga Netto, Onyx Lorenzoni y Wagner Rosario) y 61 funcionarios de la Administración que de alguna forma contribuyeron a la mala gestión de la emergencia.
El documento incluye acusaciones por los delitos de epidemia con resultado de muerte, infracción de medidas sanitarias e incitación al delito.
La próxima semana el documento sería aprobado por la comisión y remitido a los tribunales, ya que el comité no tiene el poder de hacer denuncias formales, pero el eco de las denuncias podría llegar a diferentes órganos que pueden continuar las investigaciones y formular cargos, como la Fiscalía General, el Tribunal de Cuentas o una corte internacional, agrega AFP.
A pesar de la contundencia de esta declaración, parece complicado que el mandatario brasileño pueda enfrentar un juicio político que lo desbanque de su puesto, ya que sigue contando con el apoyo suficiente en el parlamento. Lo que sí que está claro es que esta cuestión es una más en la pila de controversias que arrastra el polémico mandatario ultraderechista.
Las familias de las víctimas también han sido parte importante de este informe. «Merecemos una disculpa de la máxima autoridad del estado. No es una cuestión de política, estamos hablando de vidas», dijo al panel Marcio Antonio Silva, un taxista que perdió a su hijo de 25 años por Covid-19, conteniendo las lágrimas, según recogió AFP.
Además, también se recogen las opiniones y testimonios de los profesionales sanitarios. El lunes se filtró el de una enfermera en la ciudad amazónica de Manaos, una de las más golpeadas del mundo por la enfermedad. Esta persona vio morir a decenas de personas debido a la falta de oxígeno y a la carencia de material sanitario que tenía el sistema hospitalario.
La demora en la llegada de las vacunas es otro de los puntos clave, ya que se está investigando si la corrupción fue la causa de la tardanza en la compra de antídotos en determinadas zonas del país.
A estos escándalos se suman los que señalan que hospitales brasileños utilizaron a pacientes como «conejillos de indias» al administrarles medicamentos que no estaban comprobados como eficaces contra el Covid-19, como la hidroxicloroquina. Esta cuestión hizo que los enfermos no pudieran superar la enfermedad.
Bolsonaro afirma que no son culpables de «absolutamente nada»
El jefe del Estado brasileño no ha mostrado ningún signo de reconocer posibles errores de su gestión. Bolsonaro reaccionó al informe asegurando que hicieron «lo correcto desde el primer momento» y que su Gobierno «no es culpable de absolutamente nada».
El mandatario es uno de los líderes mundiales más escépticos respecto a la pandemia y aún a día de hoy no ha mostrado ningún tipo de arrepentimiento respecto a sus primeras consideraciones, en las que rebajó la gravedad de la pandemia. Bolsonaro, además, se sigue mostrando reticente a vacunarse contra la enfermedad, arguyendo el pretexto de haber superado la enfermedad con anterioridad.
Además, tuvo palabras contra la Comisión Parlamentaria de Investigación al afirmar que «sería bueno que hubieran hecho algo productivo por el país».
La acusación, aunque simbólica, llega en uno de los peores momentos de popularidad de Bolsonaro, donde las encuestas para las elecciones de 2022 lo ubican detrás del expresidente Luiz Inácio ‘Lula’ da Silva, acérrimo crítico del líder ultraderechista.
Con información de AFP y EFE