Uber va a Wall Street: la salida a Bolsa del año

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Uber se dispone a realizar este viernes una de las salidas a Bolsa más importantes de la historia, pero se muestra cauteloso al apuntar a una valorización más baja de lo esperado en un principio, tras el duro comienzo de su rival Lyft.

El líder mundial del alquiler de autos con chofer fijó el jueves en 45 dólares el precio de su título de entrada a Wall Street, lo que valora a la empresa en unos 82.200 millones de dólares si se agregan las acciones reservadas para los bancos que conducen la transacción.

Uber queda así, según la firma Dealogic, en la misma línea que Facebook cuando salió a Bolsa en mayo de 2012 en términos de valoración del mercado.

La transacción también permite al grupo estadounidense, que cotizará en la Bolsa de Nueva York bajo el símbolo UBER, recaudar 8.100 millones de dólares en dinero fresco.

Como lo dicta la tradición, su CEO Dara Khosrowshahi deberá tocar el timbre de apertura en la sesión bursátil de Wall Street el viernes por la mañana.

Resta saber si su fundador Travis Kalanick, presionado a la renuncia en 2017 por poderosos inversionistas preocupados por diversos escándalos, también será invitado.

Tal como se esperaba en las últimas semanas, Uber ha actuado con cautela. Los niveles de valuación se mantienen muy por debajo de las cifras que circularon meses atrás, cuando la compañía había acariciado la idea de una capitalización de 100.000 millones de dólares, e incluso más.

El grupo con sede en San Francisco, California, habría revisado sus ambiciones a la baja debido a la decepción bursátil de su principal competidor en Estados Unidos, Lyft.

Tras salir a bolsa a fines de marzo a 72 dólares por acción, el título de Lyft quedó este jueves en 55,18 dólares.

«El bajo precio elegido por Uber es inteligente y cauteloso», y muestra «claramente que aprendió de su ‘hermano pequeño’ Lyft», resume Daniel Ives, analista de Wedbush Securities.

Luego de años de un crecimiento rápido pero turbulento, marcado por escándalos que han empañado su imagen, la llegada a Wall Street de Uber es mirada con mucha atención en los corrillos financieros y la industria de los vehículos de alquiler con conductor (VTC).

– El momento de la verdad –

Esta operación supone, por ende, un «momento de la verdad» para Uber, así como para Khosrowshahi, nombrado en 2017 para mejorar una imagen muy degradada por escándalos repetidos, con miras a la introducción en el mercado de valores.

En los documentos bursátiles recientemente publicados como parte de esta oferta pública inicial (OPI), Uber pronosticó ingresos de alrededor de 3.000 millones de dólares en el primer trimestre de 2019 y una pérdida de casi mil millones.

La empresa busca diversificarse hacia actividades más rentables: entrega de comidas, monopatines, bicicletas. Su nuevo objetivo es convertirse en el Amazon del transporte.

Entre los muchos «riesgos» financieros actuales y futuros detallados por Uber están la competencia, las amenazas legales y reglamentarias y… los conductores, que se declararon en huelga y se manifestaron el miércoles en varias ciudades de Estados Unidos, argumentando que la salida a Bolsa enriquecerá a accionistas ya ricos, pero ellos mismos no ganarán un centavo.

Para mantener un precio de servicio atractivo y atraer clientes y conductores, Uber ha multiplicado descuentos, promociones y bonificaciones. Esa es también una de las causas de la hemorragia financiera que sufre el grupo desde sus inicios.

La firma, que dice tener 3 millones de conductores en todo el mundo, asegura sin rodeos: «Todavía estamos experimentando descontento (…) de un número significativo de conductores. Especialmente porque planeamos reducir incentivos (financieros) para los conductores, esperamos un aumento del descontento general» de su parte.

Otra amenaza es la posible recalificación por la justicia de conductores como empleados en lugar de trabajadores independientes.

En este frente, Uber informó el jueves que firmó un acuerdo con «una gran mayoría» de casi 60.000 conductores que presentaron demandas por su condición de independientes y que habían presentado procedimientos de arbitraje, es decir, fuera de los juzgados.

La compañía estima que el monto total de estos acuerdos es de entre 146 millones y 170 millones de dólares.

«Es muy difícil ganarse la vida», dijo Kevin Killelea frente al edificio de Nueva York que alberga las oficinas de Uber y Lyft. «Podrían tratarnos mucho mejor. Sin nosotros, ni siquiera podrían salir a Bolsa».