La industria del turismo en Chile se está viendo afectada por la ola de protestas que ha sacudido a la capital Santiago y otras ciudades desde el mes pasado, con un descenso a la mitad de las reservas hoteleras y muchos viajes cancelados después de que el país suspendió la celebración de dos importantes cumbres.
La situación pone de manifiesto el amplio impacto del caos que ha afectado al país durante las dos últimas semanas, desde que las protestas por el alza del pasaje del metro se salieron de control y provocaron disturbios, incendios y saqueos, dejando un saldo de una veintena de muertos.
El presidente Sebastián Piñera, que cambió a un tercio de su gabinete en un intento por apaciguar a los manifestantes, anunció la suspensión de dos cumbres que debía albergar el país: la de los líderes de la APEC este mes y el gran encuentro sobre el cambio climático COP25 en diciembre.
“Creemos que aproximadamente 40.000-50.000 personas eran las que iban a llegar a estos dos eventos”, dijo Mónica Zalaquett, subsecretaria de Turismo de Chile.
“El turismo es una industria muy sensible y ya se ha caído aproximadamente el 50% de las reservas en estas últimas dos semanas”, afirmó Zalaquett. “Y lo más complejo para esta industria es que no habrá nuevas reservaciones hasta que no se estabilice la situación del país”.
Los manifestantes dicen que no tienen intención de frenar las protestas, aunque las calles están algo más calmadas desde el jueves, cuando comenzó un largo fin de semana con dos festivos.
“No vamos a poder aguantar mucho más, las pérdidas son enormes”, dijo Iván Marambio, un gerente de la cadena hotelera Principado en Santiago. “Están todos los hoteles desocupados, sin pasajero alguno”, afirmó en referencia a la zona próxima a Plaza Italia, centro neurálgico de la mayoría de las protestas.
El verano austral, que transcurre entre diciembre y febrero, es una temporada clave para el turismo en Chile, ya que muchas personas pasan por Santiago en camino hacia la Patagonia, mientras que los locales acuden en masa a las playas.
“La industria turística tiene una alta estacionalidad y en estos días comienza la temporada alta, Muchos empresarios turísticos a lo largo de todo el país aguantan todo el año esperando estos meses de verano y es por esto que se hace también más duro”, indicó Zalaquett.
Walter Olivares, que ofrece artículos de recuerdo en un puesto callejero en el centro de Santiago, señaló que sus ventas han caído un 80% o incluso más.
“¿Cómo vivimos del día a día, cómo pagamos nuestras cuentas”, se preguntó.
Gale Braily, una turista inglesa de visita en la ciudad, dijo que pensó en cancelar el viaje, pero que finalmente siguió adelante.
“Estaremos poco tiempo en Santiago y luego nos iremos a alguna otra parte”, afirmó.
Reuters