Bruselas aleja la posibilidad de llegar a un acuerdo rápido con las nuevas condiciones
El Eurogrupo rechaza un tercer rescate a Grecia antes del referéndum
Nuevo giro desesperado en la crisis griega. El primer ministro Alexis Tsipras ha enviado otra carta a las instituciones europeas en la que acepta prácticamente todas las condiciones de la oferta que rechazó la semana pasada antes de convocar el referéndum. El texto, desvelado por el Financial Times, asegura que Grecia “está preparada para aceptar” las condiciones de la oferta europea, a falta de algunas enmiendas. Con ello Tsipras espera lograr la extensión del segundo rescate –el que expiró ayer- y la elaboración de un tercero, que también solicitó ayer a sus socios europeos y que los ministros del euro rechazaron en una reunión telefónica de emergencia por la noche. La Comisión, sin embargo, rechaza una extensión del actual programa «porque venció ayer» y avisa de que ahora el escenario es «nuevo», ha resaltado el vicepresidente del Ejecutivo comunitario, Valdis Dombrovskis.
Sobre la oferta de última hora de las instituciones –IVA turístico al 13%, paquete de crecimiento de 35.000 millones y alguna referencia a la reestructuración de la deuda- Tsipras añade otras demandas. Se trata de fijar un descuento especial del 30% en el IVA de las islas griegas, una mínima demora sobre el aumento de la edad de jubilación (comenzar a prolongarla en octubre, en vez de ahora, para alcanzar los 67 años en 2022) y ampliar los plazos para eliminar el complemento de pensión que se otorga a las prestaciones más bajas. Más problemática puede resultar la oferta de reducir el gasto militar 200 millones en 2016 y 400 millones más en 2017 (los socios le pedían de entrada 400). Repecto al mercado laboral, Tsipras se compromete a establecer un nuevo marco ya en otoño.
El Eurogrupo se reunirá de nuevo esta tarde a las 17.30 y examinará estos requerimientos. Ninguno de ellos parece descabellado (en realidad son mínimos retoques sobre la última propuesta que aireó el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker). El problema es que los socios puedan considerar que llega demasiado tarde y que no están dispuestos a negociar nada antes del referéndum, como concluyó ayer la canciller alemana Angela Merkel. O que, hastiados con los continuos giros de Tsipras, pongan objeciones incluso a estas leves enmiendas que exige el primer ministro griego.
Tras varias semanas como voz más optimista sobre el desenlace del problema griego, Juncker ha rehusado esta mañana valorar esta nueva carta y sus consecuencias. Solo ha manifestado estar «en permanente contacto con las autoridades griegas y con otras autoridades». Sí ha hablado el vicepresidente del Ejecutivo comunitario Valdis Dombrovskis para rebajar las expectativas sobre un acuerdo inmediato tras la cesión parcial de Tsipras. «El segundo programa [de rescate] ha expirado y ahora habría que negociar un tercero, pero para eso se necesita una decisión del Eurogrupo. Grecia ha pedido un nuevo programa de dos años, pero la situación en Grecia es ahora considerablemente peor que antes del sábado, con los controles de capitales».
En esa línea, Dombrovskis ha pedido al Eurogrupo que no adopte ningún tipo de medidas contra Atenas por el impago de ayer martes al Fondo Monetario Internacional hasta que se aclare si hay posibilidad de negociación con el Gobierno griego.
Grecia pasó ayer martes el límite impuesto por las instituciones y acordado junto con el ministro de Finanzas heleno, Yanis Varoufakis, el pasado 20 de febrero: el rescate expirará el 30 de junio. Y así fue. Atenas no pagó al FMI los 1.500 millones de euros que le debe y Grecia pasó a estar en su lista de países morosos. A pesar de este último desencuentro, y de que la canciller alemana, Angela Merkel, insiste en dejar pasar el referéndum del domingo, el Eurogrupo —los 19 ministros de Finanzas de la zona euro— se volverá a reunir, a petición de algunos de sus integrantes, a partir de las 17:30 horas de este miércoles para llegar a un acuerdo in extremis con las autoridades helenas.
«Hasta donde yo sé, los ministros [de la eurozona] aún están abiertos a llegar a un acuerdo», ha dicho Pier Carlo Padoan, titular de Finanzas italiano, a la emisora británica BBC. Padoan, que también entrará en la teleconferencia con sus 18 colegas del euro insistió en que lo que necesita Grecia es «volver al crecimiento, volver a tener confianza, liquidez, y realizar reformas estructurales». Sobre una posible ruptura del euro por un Grexit (la salida de Grecia de la moneda única), Padoan confesó estar en la incertidumbre, pero aseguró que lo más relevante y urgente es «acelerar una integración institucional alrededor del euro», empezando por una buena unión bancaria.
Francia, a través de su ministro en el Eurogrupo, Michel Sapin, intenta remar hacia el entendimiento con Grecia. «Nuestro objetivo es encontrar un acuerdo, antes del referéndum si es posible», ha declarado a la emisora RTL. Casi ningún país, excepto Alemania, quiere verse el domingo sin un acuerdo con Atenas y arañan hasta el último segundo para volver a la mesa de negociación con Grecia. «Nuestro objetivo es ver si es posible hasta el último minuto encontrar un acuerdo que allane el camino para el retorno de la estabilidad a Grecia y que tranquilizaría a Europa y el mundo», añadió Sapin.
El Eurogrupo discutirá hoy en profundidad la última propuesta del Gobierno de Alexis Tsipras en la que pide una extensión del programa actual —que expiró ayer— y una reestructuración de la deuda, algo que rechazaron ayer los socios pero sobre lo que van a volver a debatir esta tarde. Al mismo tiempo, el Banco Central Europe (BCE) debatirá en Fráncfort si mantiene, o no, la línea de liquidez de emergencia para Atenas, algo que parece probable, según señaló un funcionario de la institución a la agencia France Presse.
Atenas pidió ayer más liquidez para hacer frente a los poco más de 29.000 millones de deuda que tiene con varios acreedores (entre ellos 12.000 millones con el Fondo) hasta 2017. En una misiva del primer ministro heleno a los presidentes de la Comisión, Jean-Claude Juncker, y del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, Tsipras insiste en que el país tiene «problemas urgentes de liquidez» y tanto es así que incluso habría propuesto suspender el referéndum del próximo domingo 5 de julio si los socios del euro y las instituciones aceptan las condiciones de su última oferta.
Tres días de corralito (controles de capital con un límite en los cajeros de 60 euros al día por persona), segundo Eurogrupo telefónico en una semana, el primer impago al FMI y cuatro días para el referéndum. Ante este trágico escenario, el ministro de Finanzas británico —que no pertenece a la eurozona—, George Osborne, ha declarado que se está preparando «para lo peor».
LUCÍA ABELLÁN / BELÉN DOMÍNGUEZ CEBRIÁN/El País