Trump se convirtió en el cuarto presidente de EE UU que afronta amenaza de juicio político

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Donald Trump se convirtió en el cuarto presidente de la historia de Estados Unidos que afronta la amenaza de un juicio político, después de que el martes la líder de la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, anunciara que iban a abrir una investigación de «impeachment» contra él por haber presionado a Ucrania.

El republicano se convierte así en el cuarto inquilino de la Casa Blanca que encara esta amenaza, de la que salieron airosos en su momento Andrew Johnson (1865-1869) y Bill Clinton (1993-2001), y que forzó a renunciar a Richard Nixon (1969-1974) antes de que se produjera su juicio político.

¿EL PRIMER JUICIO POLÍTICO DEL SIGLO XXI?

Con dos años en el poder, Trump podría tener que «rendir cuentas» tras conocerse que bloqueó fondos de asistencia a Ucrania y de que habría coaccionado a Kiev para que se investigara al exvicepresidente Joe Biden y a su familia.

Pelosi anunció el martes que iniciarán de manera oficial «una investigación de juicio político» contra Trump, al argumentar que las acciones del gobernante han sido una «traición a su juramento del cargo, a la seguridad nacional y a la integridad de las elecciones».

El episodio que ha puesto al elocuente jefe de Estado en la mira de los demócratas se desató después de que se filtraran en los últimos días detalles de una conversación telefónica entre Trump y su homólogo ucraniano, Vladímir Zelenski, en julio pasado.

La transcripción muestra que el estadounidense pidió varias veces a Kiev que investigara a Biden, quien además es aspirante a la candidatura demócrata para las elecciones presidentes de 2020.

Para que prospere el juicio político, debe contar con 218 votos, la mayoría simple de la Cámara de Representantes, controlada por los demócratas.

Pero será el Senado, dominado por los conservadores, donde tendría lugar el juicio político en sí.

La decisión final queda en manos del Senado, donde se requiere la aprobación de al menos dos tercios de sus integrantes (67).

CLINTON, EL JUICIO CON TINTES DE TELENOVELA

La votación de la Cámara Baja que aprobó el 19 de diciembre de 1998 la acusación a Bill Clinton por un cargo de perjurio (con 228 votos a favor frente a 206 en contra) y otro de obstrucción a la justicia (221-212) ensombreció la celebración navideña ese año.

El cuadragésimo segundo presidente de EE UU se enfrentó a una investigación por posible obstrucción a la justicia, perjurio e incitación al perjurio de la que fuera becaria de la Casa Blanca Mónica Lewinsky, con quien sostuvo una relación.

El 7 de enero de 1999, el Senado abrió el juicio contra Clinton, un día después de recibir formalmente los cargos de perjurio y obstrucción de la justicia contra el entonces mandatario.

El proceso, que estuvo bajo la dirección del entonces juez presidente del Tribunal Supremo, William Rehnquist, concluyó el 12 de febrero de 1999 con la absolución del mandatario, ya que no se alcanzó en el Senado el apoyo requerido.

NIXON, EL ESCÁNDALO QUE ECLIPSÓ A UN PRESIDENTE

El que ha pasado a la historia como uno de los escándalos más sonados de la política estadounidense concluyó el 8 de agosto de 1974 con la dimisión del entonces presidente Richard Nixon, quien renunció después de que se le abriera una investigación de juicio político, que finalmente no llegó a celebrarse.

El «caso Watergate» quedó al descubierto con la detención de cinco hombres el 17 de junio de 1972 en las oficinas del Comité Nacional del Partido Demócrata, en Washington D.C., situado en un lujoso complejo de apartamentos y oficinas llamado Watergate.

Después de que los detenidos fueran condenados a diferentes penas de cárcel, la prensa empezó a hablar de que el personal de la Casa Blanca estaba implicado en el asunto del sabotaje al cuartel general de la campaña presidencial demócrata.

En marzo de 1973, Nixon invocó la doctrina de «privilegio del Ejecutivo» para justificar las negativas de sus colaboradores a prestar declaración ante el Comité del Senado o el Jurado Acusador y anunció que los miembros del personal de la Casa Blanca irían a declarar.

En febrero de 1973 se creó el Comité de Investigación del Senado y el Jurado Acusador, y dos meses después comenzaron las dimisiones en cadena de los colaboradores más directos de Nixon.

En mayo de ese año, en público y ante la televisión, desfilaron ante el Comité de Investigación del Senado los implicados en la entrada en las oficinas del Partido Demócrata en el edificio Watergate, y casi todos los más estrechos colaboradores de Nixon.

Tras unas revelaciones de que el presidente estaba personalmente implicado en el caso y de la existencia de unas cintas magnetofónicas donde se grababan conversaciones muy comprometidas del asunto, Nixon se vio obligado en octubre de 1973 a entregar al juez esas cintas, pero destituyó al fiscal especial Archibald Cox, lo que llevó a que se pidiera en el Congreso someter al presidente a un «impeachment».

JOHNSON, EL IMPOPULAR PRESIDENTE SALVADO POR UN VOTO

La Cámara de Representantes recomendó en 1868 enjuiciar a Andrew Johnson ante su decisión de cesar, sin consultar al Congreso, al secretario de Guerra, Edwin Stanton, un republicano radical.

La iniciativa prosperó el 24 de febrero de 1868, por 126 votos contra 47, y Johnson fue imputado con once cargos por «graves crímenes y mala conducta».

El proceso tenía en realidad de fondo la oposición hacia Johnson, quien asumió el poder tras el asesinato de Abraham Lincoln, de quien fue su vicepresidente.

Los republicanos radicales estaban enfrentados a Johnson por su actitud indulgente hacia los estados sureños, su veto a duras resoluciones del Congreso contra los vencidos y su resistencia a que se mantuviera el gobierno militar en el sur.

El juicio político ocurrió mientras EE UU estaba inmerso en la reconstrucción tras la Guerra Civil (1861-865) y persistían graves tensiones entre los estados victoriosos y los vencidos.

El «impeachment», que se prolongó en el Senado hasta el 16 de mayo de 1868, terminó con la absolución de Johnson, quien se salvó por un solo voto.