«En todo el mundo se ríen de nuestra estupidez», dijo el presidente de Estados Unidos
Donald Trump, presidente de EE UU, dijo que no tiene «razones para pedir perdón» por sus polémicos comentarios de 2016 sobre los musulmanes y refugiados, ni siquiera con el objetivo de salvar su polémico veto migratorio, y reiteró este lunes su deseo de cambiar las «patéticas» leyes migratorias de su país.
«No hay razones para pedir perdón. Nuestras leyes migratorias en este país son un desastre. En todo el mundo se ríen de nuestra estupidez», afirmó Trump durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca junto al presidente de Nigeria, Muhammadu Buhari.
Trump se posicionó así al ser preguntado sobre la audiencia que tuvo lugar la semana pasada en el Tribunal Supremo de EE UU acerca de la legitimidad de la tercera versión de su veto, que actualmente obstaculiza la entrada de los nacionales de siete países (Irán, Libia, Somalia, Siria, Yemen, Venezuela y Corea del Norte).
Durante la audiencia, el abogado del gobierno, Noel Francisco, pidió a los jueces que no tuvieran en cuenta los comentarios de Trump en Twitter y durante la campaña para las elecciones de 2016, cuando prometió un «bloqueo completo y total» a la entrada de musulmanes a Estados Unidos.
«Mi punto final -dijo el abogado del gobierno- es que si el presidente dijera mañana que lo siente, todo esto se desvanecería. El presidente ha dejado claro que no tenía intención de imponer un bloqueo contra los musulmanes».
Trump también recibió preguntas sobre la caravana de inmigrantes centroamericanos que durante semanas recorrió México y que, ahora, con un número mucho menor de miembros (unos 200 de los 1.500 que iniciaron el viaje) intentan pedir asilo en el paso fronterizo de San Ysidro, en la localidad californiana de San Diego.
El presidente evitó referirse específicamente a la caravana, pero reiteró sus peticiones para que el Congreso le otorgue fondos para construir su muro en la frontera con México.
«Somos una nación de leyes, tenemos que tener fronteras. Si no tenemos fronteras, no tenemos país. He estado observando durante semanas mientras venía la caravana. Las leyes de México son muy duras con la inmigración, extremadamente duras», dijo Trump.
«(La caravana) comenzó con más de mil personas y ahora se han quedado en unos cien en todo México. La gente no se da cuenta de lo grande que es México como país. Pero se redujo un montón», agregó.
Trump insistió en que el Congreso debe reformar «rápidamente» las leyes migratorias de EE UU, porque son «las peores» del mundo, además de «obsoletas, débiles y patéticas».
«Necesitamos un muro, lo primero. Ahora mismo, donde están (los inmigrantes de la caravana que han llegado a la frontera), aunque no es un muro demasiado bueno, y aunque un pequeño porcentaje puede escalar hasta arriba, tienen que estar en una forma física extremadamente buena», indicó Trump.
El mandatario defendió, además, que el envío de militares de la Guardia Nacional a la frontera con México «está teniendo un gran impacto».