El mandatario de Cuba, Miguel Díaz-Canel, confirmó este jueves la próxima desaparición de la libreta de racionamiento -con la que los cubanos adquieren productos básicos a precios subvencionados- después de que se produzca la esperada unificación monetaria y cambiaria en el país.
En una comparecencia televisiva especial, Díaz-Canel explicó que esta cartilla de racionamiento con casi seis décadas de historia se mantendrá vigente solo en una primera etapa tras la unificación monetaria, cuya fecha no concretó pero instó a los ciudadanos a permanecer atentos a los próximos anuncios.
La largamente pospuesta unificación monetaria consistirá en la desaparición del peso convertible o CUC, creado en 1994 y paritario con el dólar, lo que dejará al peso cubano (CUP), equivalente ahora mismo a 4 céntimos de dólar, como la única moneda local.
Esto sucede en un momento de fuerte crisis económica que ha llevado a Cuba a aplicar una “dolarización parcial” de su economía -término que por primera vez enunció hoy el propio Díaz-Canel- con polémicas medidas en los últimos meses como la apertura de supermercados y comercios en los que no se aceptan las monedas locales y solo se puede pagar en divisas con tarjeta.
Adiós a los “subsidios innecesarios”
El mandatario cubano también adelantó que el proceso de unificación monetaria y cambiaria estará acompañado de medidas económicas como la reforma de los salarios y las pensiones, que subirán para ajustarse a la previsible inflación, o la eliminación de lo que la dictadura considere “subsidios innecesarios”.
También dirigió un mensaje de tranquilidad a los cubanos y extranjeros con cuentas bancarias en el país, al asegurar que se respetarán sus ahorros tanto en las cuentas en moneda local como en divisas.
Cuba, que padece un déficit crónico en la balanza de pagos, se encuentra inmersa en una grave crisis económica agudizada por la pandemia de COVID-19 -que ha neutralizado el turismo- y por el endurecimiento de las sanciones comerciales y financieras de Estados Unidos en los últimos dos años.
La consecuencia más visible de la crisis es el desabastecimiento de productos alimenticios, de aseo y medicamentos, que han desaparecido de las estanterías de los comercios estatales en moneda local y en muchos casos ni siquiera se encuentran en los comercios de pago en divisas.
En esta situación, la dictadura ha adoptado la estrategia a corto plazo de recaudar divisas por todos los medios, y a medio y largo plazo trata de acelerar reformas económicas que llevaban años pendientes, entre ellas la unificación monetaria o la eliminación de subvenciones de carácter universal como la libreta de abastecimiento.
Creada en 1962 y establecida de forma oficial un año después, la libreta aporta a todos los cubanos -independientemente de sus ingresos- un lote periódico de productos de primera necesidad, si bien estos no son suficientes para garantizar la alimentación y el aseo, por lo que los ciudadanos deben recurrir a otras vías para cubrir del todo sus necesidades.
Con información de EFE