El líder de las FARC dijo que se reunió tres veces con el ex presidente venezolano en su lecho de enfermo. Cómo negociaron a tres bandas Juan Manuel Santos, el chavismo y la guerrilla.
El líder de las FARC, alias «Timochenko», contó que se reunió tres veces con el fallecido presidente venezolano Hugo Chávez, una de ellas en el hospital, para discutir la disposición del grupo guerrillero de concretar un acuerdo de paz con el gobierno colombiano.
El primer encuentro se dio tras la muerte del líder guerrillero alias «Alfonso Cano» en un operativo en 2011 de las Fuerzas Armadas de Colombia, a petición del presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, dijo Timochenko en una entrevista con Telesur.
«Él (Santos) le pide a Chávez que hable conmigo y ahí yo conozco a Chávez», afirmó el comandante guerrillero; quien explicó, además, que el primer motivo del encuentro era lograr garantías para movilizar a otro de los guerrilleros de un perímetro cercado por el Ejército.
«Después de la muerte de Cano (…) estábamos pidiendo un mínimo de garantías para que él (alias ‘Mauricio Jaramillo’) se pueda mover al sitio donde lo van a recoger, y sobre ese tema fue que fui a hablar con el presidente Chávez», contó.
Timochenko, que no dio mayores detalles del encuentro con el presidente venezolano, a quien describió como «un gran hombre, un gran amor, que respiraba amor por todas partes», dijo que una de esas citas comenzó a las 20:00 y se prolongó hasta las 4:30 del día siguiente.
«Nunca se me olvida la despedida, una frase de Bolívar: ‘Para tener patria hay que tener vida, cuídese Timochenko'», le dijo Chávez al líder guerrillero, según recordó.
LOS ENCUENTROS SE DIERON EN EL MARCO DE LA ENFERMEDAD DEL EX PRESIDENTE VENEZOLANO
Los encuentros se dieron en el marco de la enfermedad que le ocasionó la muerte del presidente venezolano. «En ese momento ya él estaba operado, y aunque no se quejaba se le notaba la incomodidad para estar sentado», dijo.
En un momento en el que los «pasos exploratorios» entre la FARC y el gobierno colombiano parecían estancarse, hubo una segunda reunión. Ese encuentro «fue incluso más duro, porque creo que ya iba para la segunda operación», dijo el guerrillero sobre Chávez.
«Todo indicaba que no nos íbamos a poner de acuerdo», entonces, Santos, según Timochenko, le pidió al entonces canciller venezolano, Nicolás Maduro, que acordará un nuevo encuentro.
La cita que, dijo, debió ser en Caracas, se trasladó a La Habana, donde fue tratado Chávez durante buena parte de su enfermedad, luego de que los médicos impidieran al mandatario viajar.
«AUNQUE NO SE QUEJABA, SE LE NOTABA LA INCOMODIDAD PARA ESTAR SENTADO»
«Lo impactante es que me tocó conversar con él en su lecho de enfermo. Los médicos dijeron: ‘Tienes 25 minutos’, duramos hora y media; con la presión de los médicos ahí, construyendo una tercera agenda que pudiera empatar los desacuerdos y encontrar la salida», indicó.
Un tercer encuentro se dio en Caracas, «también una crisis de la mesa, y también a solicitud de Santos (…) Fue una charla a las carreras, el hombre buscando fórmulas de cómo podemos resolver esto, y qué es lo que pasa», eventos que según Timochenko «muestran el esfuerzo que él hizo en todo esto».
El proceso de diálogo con las FARC, que se inició en noviembre de 2012 en La Habana, culminará antes del 23 de marzo de 2016, según anunciaron la semana pasada en Cuba el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y el máximo líder de esa guerrilla, alias «Timochenko».
Venezuela y Chile han oficiado como países «acompañantes» en los diálogos de paz entre las FARC y el gobierno colombiano, en tanto que Cuba y Noruega han sido naciones «garantes».
Es un triángulo que comenzó a gestarse hacia 2008. Se trata del entramado de terrorismo, narcotráfico y territorialidad que fue pactado entre Hugo Chávez, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el grupo terrorista islámico Hezbollah. Ese acuerdo recibió su impulso definitivo aquel año, cuando los regímenes de Venezuela y de Irán estrecharon sus lazos definitivamente. Eran tiempos del caudillo bolivariano y del presidente Mahmoud Ahmadinejad. El pacto, desde luego, fue continuado por Nicolás Maduro al pie de la letra.
Las FARC, el grupo insurgente más antiguo de América Latina, son catalogadas por la Unión Europea y los Estados Unidos como un grupo terrorista con una amplia actividad narco en la región. Su penetración comienza en México y se extiende hasta el sur, en la Argentina. Los lazos que tejió a lo largo de las últimas décadas les proporcionaron los mejores contactos con los capos de los cárteles de la droga más sangrientos. Entre ellos, figura el de Sinaloa. Estos vínculos no cesan, pese a que desde hace dos años las FARC dicen estar impulsando el diálogo de paz con el gobierno constitucional de Colombia.
EFE