El nuevo volcán que está surgiendo en la isla canaria de La Palma cuenta desde la noche del lunes con una nueva boca eruptiva en las cercanías de Tacande, en la localidad de El Paso, lo que ha obligado a ampliar las evacuaciones de los vecinos de la zona. Según estimaciones del Instituto Geográfico Nacional (IGN) en Canarias, el nuevo punto de emisión se ha abierto a unos 300 metros del principal, por lo que se ha pedido a la población que se aleje también de ese lugar. Hasta este martes, ya son más de 6.000 los evacuados de sus viviendas por su cercanía a la zona de erupción.
Actualmente, el magma está brotando en La Palma de dos fisuras alineadas de norte a sur y separadas entre sí unos 200 metros, con nueve puntos de emisión, dentro de un proceso volcánico que podría clasificarse como estromboliano, el más habitual en las islas Canarias. Estos se caracterizan por su bajo índice de explosividad, con coladas de avance lento, que apenas presentan riesgo para la población si se respetan las indicaciones de seguridad. Sin embargo, en el recuerdo de los palmeros de mayor edad aún está la erupción del volcán San Juan, en 1949, que se caracterizó porque surgieron diversas bocas en distintos lugares de la isla que aumentaron la peligrosidad. Esta es ahora también una de las mayores preocupaciones.
De momento, sin erupciones freatomagmáticas
Aunque los especialistas apuntan a que, de momento, todo está discurriendo dentro de lo previsto, e insisten en que «estamos en el comienzo, en la fase preliminar de una erupción estromboliana, y que aparezcan nuevas fisuras es un proceso normal dentro de este tipo de erupciones». «Veremos muchas más a lo largo de los días. Veremos nuevas bocas, nuevas fisuras, se irán cerrando las antiguas…», explica a RTVE.es José Mangas, catedrático de Geología de la Universidad de Las Palmas.
Mangas destaca las similitudes entre la actual erupción y la del volcán San Juan a mediados del siglo pasado: «En el San Juan, como en todo proceso estromboliano, lo que sucedió justamente es que tuvimos los conos volcánicos, que son centrales, como tenemos ahora, y luego también aparecieron conos secundarios en las laderas, asociados al primero».
Aunque en 1949 sucedió algo mucho más preocupante que, de momento, no se ha producido: las temidas erupciones freatomagmáticas, que destacan por su gran explosividad. «Las erupciones freatomagmáticas o hidromagmáticas se producen cuando en algún momento del proceso eruptivo se mezcla agua con magma. De momento, solo tenemos erupciones estrombolianas y eso no se ha producido, y ojalá no lleguen», describe este geólogo.
Una actividad volcánica «centralizada» en esa zona
José Luis Barreda, miembro del Colegio Oficial de Geólogos de España, califica la aparición de nuevas bocas eruptivas como «un peligro añadido», y deja claro que «puede haber todavía más, aunque también pueden empezar a apagarse después de haber salido. Hay que estar atentos».
Sobre las semejanzas de esta erupción con la de 1949, explica a RTVE.es que «nunca se puede saber si será igual, pero la erupción del San Juan se quedó finalmente con tres bocas, y la lava cayó a esta misma zona en la que está cayendo ahora. Sigue una dinámica muy parecida, y en composición también, porque son todo basaltos».
Sobre la posibilidad de que aparezcan súbitamente nuevos puntos de emisión magmática que pongan en peligro a la población de la zona, Barreda tranquiliza asegurando que «más o menos se producirían dentro del perímetro de seguridad que se ha establecido». «Si la actividad volcánica está centralizada en esa zona, y tanto la anomalía sísmica como la deformación del terreno están en esa misma zona, será allí. No va a cambiar y se va a ir al sur de la isla de repente», ha asegurado.
Una posibilidad que ya se barajaba
Finalmente, Stavros Meletlidis, geólogo y vulcanólogo del Instituto Geográfico Nacional (IGN), ha manifestado en RNE que «las erupciones en Canarias empiezan con una erupción fisural que luego, dependiendo del volumen de magma y de los gases se pueden abrir nuevas fracturas, nuevas bocas, a diferentes alturas y distancias del cono principal».
«Era una posibilidad que barajábamos, y eso es lo que ha pasado. La apertura de nuevas bocas o puntos de emisión es algo imprevisible y depende mucho de la dinámica del magma, y del conducto de ascenso. Es otra incógnita que necesita una vigilancia continua para intentar extraer un patrón de la actividad volcánica», ha valorado. RTVE