La pandemia no da tregua a la deforestación: el año pasado se perdió una superficie equivalente a la de Países Bajos en bosques vírgenes tropicales, con Brasil a la cabeza de una lista en la que Bolivia escaló al tercer puesto.
En total, los incendios y la tala de árboles destruyeron 4,2 millones de hectáreas de bosques tropicales primarios, un alza de 12% respecto a 2019, según el informe anual Global Forest Watch, divulgado este 31 de marzo por el World Resources Institute (WRI).
Esta pérdida se tradujo en 2,64 gigatoneladas de emisiones de CO2, equivalentes a las emisiones anuales de 570 millones de autos, más del doble de los que hay en circulación en Estados Unidos.
Teniendo en cuenta el conjunto de bosques y plantaciones de los trópicos, el año pasado desapareció una superficie total de 12,2 millones de hectáreas.
Esta destrucción se debe principalmente a la agricultura, pero también a los incendios provocados por las olas de calor y las sequías en países como Brasil, Australia y Siberia, según el informe, que se basa en datos obtenidos mediante satélites. AFP