Sudáfrica: Buscan enjuiciar a cuatro policías de la era de apartheid

El cadáver de una joven activista antiapartheid a la que la policía sudafricana secuestró y torturó en 1983 nunca fue encontrado, la familia de ella jamás pudo llorarle en una tumba y los asesinos no fueron enviados a prisión. AP

Ahora, más de tres décadas después, los fiscales tienen previsto acusar a cuatro ex agentes por el homicidio de Nokuthula Simelane, cuya familia acudió a un tribunal para obligar a la Autoridad Nacional de Procuración de Justicia a que presente los cargos.

La medida contra los ex policías pasa a ubicarse en el centro de las tensiones de larga data en Sudáfrica en torno a los esfuerzos para la reconciliación entre los grupos raciales del país y el deseo de que se castigue a los responsables de violaciones a los derechos humanos durante las traumáticas décadas que antecedieron a las elecciones multirraciales de 1994.

Sin embargo, el caso está enturbiado porque los agentes implicados reconocen que sí secuestraron y torturaron a la joven, pero aseguran que la liberaron después de que ella aceptara convertirse en informante.

La víctima, de 23 años, recién graduada de la universidad, había sido mensajera del ala armada del entonces proscrito Congreso Nacional Africano cuando fue secuestrada por la policía, que la torturó durante semanas, según el propio testimonio que rindieron los agentes hace 16 años ante la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Sudáfrica.

Sin embargo, los policías insistieron en que, mediante la tortura, habían logrado que Simelane “cambiara de parecer” y trabajara para ellos. La policía dijo que los agentes la llevaron a Suazilandia, donde ella vivía y asistía a la universidad antes de su secuestro, para que fuera su informante en contra del CNA.

Simelane jamás fue vista en Suazilandia por sus parientes ni amigos después de que supuestamente fue dejada en la frontera. La policía indicó que elementos que peleaban contra el apartheid quizá la eliminaron.

Luvuyo Mfaku, un portavoz de la fiscalía, dijo que la decisión de enjuiciar a los implicados se basó en la “contundencia de las pruebas y los puntos esenciales del caso”.