La plena armonización de las medidas de bioseguridad entre los países es clave para impulsar en el 2021 la recuperación de la industria de la aviación tras un año de crisis histórica debido a la pandemia, dijo a Efe el director ejecutivo de la Asociación Latinoamérica y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA), José Ricardo Botelho.
La armonización de las normas de bioseguridad «está entre 65 % – 70 % entre todos los países, pero algunos quieren cuarentenas, que son un grave problema porque matan la demanda de toda la cadena: vuelos, hoteles, turismo», argumentó Botelho.
Otros países exigen «pruebas de PRC con la llegada, con la salida», ante lo que la industria propone que se sustituyan por test de antígenos, que son seguros, menos invasivos y más económicos.
«Sin la uniformidad (de normas) la gente no regresa y se afecta la cadena: empleo, turismo, tasas», dijo el directivo de ALTA, que alertó que de mantenerse la situación así «en el 2021 tendremos problemas graves».
Botelho recordó que la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) ha generado guías de recomendaciones y protocolos que garantizan por completo la bioseguridad en los viajes, y que harían innecesarias medidas adicionales como las cuarentenas que unilateralmente aplican algunos países.
«Lo que estamos intentando traer a la discusión es que todos los estudios indican que la cadena está completamente segura: no solo las aerolíneas, sino también los aeropuertos y los hoteles (…) seguimos con la conversación con los gobiernos sobre la importancia de esta uniformidad», aseguró.
– Lenta recuperación –
La pandemia llevó a cierre de las fronteras aéreas desde marzo y durante hasta ocho meses en muchos países de la región, generando una crisis sin precedentes en la industria aérea, y la recuperación tras la reapertura de los vuelos ha sido lenta.
En su más reciente informe, ALTA indicó que las aerolíneas que operan en el mercado de América Latina y el Caribe transportaron 13,1 millones de pasajeros en octubre, un 69,9 % menos que en el mismo lapso de 2019, antes de que estallara la pandemia.
Para Botelho, la palabra clave es «confianza», que las personas sientan que pueden viajar seguras, algo que, insistió, está garantizado en el sector.
En países que aplican medidas muy parecidas a las establecidas por la OACI en la guía CART, como «Brasil y México, la demanda ha regresado», los estudios indican «que la cadena no es vector y de las personas que utilizan el sistema, que siguen sus protocolos, cerca del 86 % se siente segura», afirmó.
– El impacto de la crisis económica regional –
Pero en este escenario no puede obviarse el hecho de que América Latina y el Caribe es la zona más golpeada por el nuevo coronavirus y sus consecuencias económicas están siendo devastadoras, con millones de personas engrosando el desempleo y empresas y comercios cerrando por falta de consumidores. Los viajes no aparecen como una prioridad.
«Nosotros lo que hacemos es plantear que los cielos estén abiertos, que la aviación esté ahí y que funcione, que si una persona quiere ir de A para B, que no se le niegue este derecho. Esta es la mejor manera en que podemos trabajar», dijo Botelho.
La cadena, sostuvo, «está segura. Si quieres salir y tienes la posibilidad de salir puedes hacerlo con toda tranquilidad porque hay protocolos muy claros, muy bien establecidos. Sabemos que es una cosa paso a paso, que esta confianza regresa poco a poco», añadió.
Ya la industria aérea regional ha anticipado que en el mejor de los escenarios, el sector volverá a los niveles que exhibía antes de la pandemia hacia el 2024.
ALTA es una organización sin fines de lucro fundada en 1980 que cuenta con más de 80 miembros entre líneas aéreas de América Latina y el Caribe con servicios nacionales o internacionales, otras que no están basadas en la región pero tienen intereses o están haciendo negocios, y organizaciones y compañías proveedoras de la industria de aviación.
EFE