Seis países europeos, entre ellos España, han pedido este sábado el cese de todas las acciones unilaterales y las incitaciones a la violencia en el conflicto entre palestinos e israelíes, e insistieron en que el Gobierno israelí debe dar marcha atrás en su nuevo programa de colonización en Cisjordania.
«Instamos al Gobierno israelí a que dé marcha atrás en su reciente decisión de avanzar en la construcción de más de 7.000 asentamientos en Cisjordania ocupada y de legalizar colonias salvajes» afirma el comunicado conjunto firmado por Francia, Alemania, Italia, Polonia, Reino Unido y España.
En el texto, estos países reafirman, con carácter general, su oposición a «todas las medidas unilaterales que comprometen la solución de dos Estados, incluida la progresión de la colonización, que es ilegal para el derecho internacional». También condenan «firmemente» los «recientes atentados terroristas» que han provocado la muerte de ciudadanos israelíes e insisten en que «el terrorismo no se puede justificar en ningún caso».
Pero también muestran su repulsa hacia «la violencia ciega de los colonos israelíes contra civiles palestinos», así como la destrucción de sus casas y de sus bienes. «Esos actos -advierte el comunicado- no pueden conducir a ninguna parte, si no es a más violencia», por lo que reclaman que sus autores rindan cuentas ante la Justicia.
Los estados firmantes ven una luz de esperanza en el comunicado conjunto de israelíes y palestinos emitido el pasado domingo tras la reunión organizada en la ciudad jordana de Aqaba, bajo los auspicios de la propia Jordania, del Reino Unido y de Estados Unidos.
Un comunicado en el que reafirmaron la necesidad de comprometerse contra la escalada sobre el terreno, afirmaron su voluntad de evitar más violencia, y acordaron trabajar hacia una paz justa y duradera. Los seis países europeos consideran que es el primer resultado de ese tipo «desde hace numerosos años» y por eso piden a las partes que «se abstengan de hacer fracasar este proceso frágil» y que cumplan los compromisos asumidos en Aqaba. RTVE/Agencias