Un joven de 28 años, Didier B. C., se ha quitado la vida en Zaragoza clavándose un cuchillo en el pecho, en plena calle, tras apuñalar a su expareja. Llevaban separados desde el año 2014 y tenían un niño en común. El joven arrastraba denuncias por malos tratos que le supusieron una orden de alejamiento que expiró el pasado mes de abril.
Los hechos se produjeron en Zaragoza, este lunes por la mañana. Eran poco después de las nueve de la mañana cuando los gritos de una joven alarmaron a los vecinos del número 52 de la Avenida de América, en el populoso barrio de Torrero. La muchacha, de 30 años, fue abordada por su expareja nada más entrar en el portal del bloque de pisos en el que vive. El joven cerró la puerta de la calle y la emprendió contra ella a golpes y cuchilladas.
Los vecinos trataron de socorrer a la joven e intentaron que el agresor dejara de atacarla, pero él siguió agrediéndola con brutalidad, con una «violencia descomunal», según han indicado testigos presenciales. Ella no paraba de gritar y luchaba por protegerse de los golpes y cuchilladas que le propinaba su pareja.
Ante la presencia de quienes acudían en ayuda de la joven y tras haberse ensañado contra ella, dejó a la víctima tendida en el suelo, ensangrentada, y salió huyendo. Quienes vieron la acción trataron de detenerlo, pero no lo consiguieron. Uno de ellos llegó a ponerle la zancadilla, pero el joven logró levantarse y siguió su fuga a la carrera, que acabó en una calle próxima, a solo 200 metros de donde había atacado a su expareja. En la entrada al garaje de un bloque de pisos de la calle Lasierra Purroy se paró, se fue a un rincón, agarró el cuchillo con fuerza y se lo clavó en el pecho. Cayó desplomado y murió allí mismo.
La muchacha, con múltiples heridas, golpes y cuchilladas, fue atendida por varias personas que la hicieron un torniquete en un brazo, para frenar la intensa hemorragia que le había causado una de las cuchilladas. Minutos después llegó la ambulancia, que la trasladó a un hospital en el que quedó ingresada. Pese a la brutal agresión, no se teme por su vida.