Miles de brasileños exigían este domingo en las calles de Brasilia y otras ciudades del país la salida del gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, hartos de la corrupción y la crisis económica y política que sacude al país. AFP
Vestidos con la camiseta verdeamarela de la selección nacional de fútbol y levantando pancartas que leían “Fuera Dilma” y “No a la corrupción”, unas dos mil personas se congregaron en la explanada de los ministerios de la capital brasileña para marchar hacia el Congreso.
Protestas similares comenzaron también en otras ciudades de los estados de Alagoas, Minas Gerais, Pernambuco y Bahia.
Los manifestantes piden la renuncia o el “impeachment” (destitución tras juicio político en el Congreso) de la mandataria de izquierda de 64 años que comenzó su segundo mandato recién en enero pasado.
La popularidad de Rousseff ha caído a cifras de un dígito tras cuatro años de frágil o nulo crecimiento económico y un megaescándalo de corrupción en la estatal Petrobras que ha salpicado a su Partido de los Trabajadores, en el poder hace más de 12 años, así como a otros partidos de la coalición de gobierno.
La policía espera que la manifestación en Brasilia atraiga a unas 25.000 personas, mientras los organizadores aguardan unas 100.000. Grandes marchas están previstas en Sao Paulo, Rio de Janeiro -sede de los Juegos Olímpicos de 2016, y donde se disputa este domingo el evento test olímpico de ciclismo de pista- y otras 200 ciudades del país.
“Vamos a marchar hasta el fin. Hasta que la presidente salga del gobierno. Tiene que irse definitivamente y dejar este país en paz y libre de esa mafia del PT”, dijo a la AFP Patricia Soares, una funcionaria pública de 43 años que marchaba en Brasilia.
“Estamos en la calle para mostrar nuestra indignación, nuestra insatisfacción por el escenario político y económico del país y con la corrupción del gobierno”, sostuvo por su lado Luana Alves, una funcionaria judicial de 38 años, también en la capital brasileña.
En abril pasado, 600.000 personas marcharon en todo Brasil contra el gobierno de Rousseff, y lo mismo ocurrió en marzo, cuando los manifestantes superaron el millón.
AFP