El médium brasileño João Teixeira de Faria, más conocido como João de Deus, acusado de haber cometido abusos sexuales contra cientos de mujeres, se entregó la tarde de este domingo a la policía, más de 24 horas después de que venciera el plazo para que se entregara de forma espontánea.
«En la hora en que me enteré, me entrego a la justicia divina y a la justicia de la Tierra, como prometí», dijo el curandero en declaraciones al diario ‘Folha de São Paulo’. El médium se entregó a las autoridades en un camino de tierra en los alrededores de la ciudad de Abaidânia, (en el estado de Goiás, en el centro de Brasil), cerca de la casa donde pasa consulta desde 1976.
La Justicia había decretado su prisión preventiva la tarde del viernes, siguiendo la petición de la Fiscalía y de la Policía Civil de Goiás, y dio de plazo hasta las 14 horas del sábado para que se entregara, pero João de Deus no apareció y la policía empezó a considerarle un fugitivo.
La petición para detenerle se precipitó porque la Fiscalía empezó a detectar indicios de que, en medio del escándalo, intentó ocultar patrimonio: según el periódico ‘O Globo’, el líder religioso retiró 35 millones de reales (casi ocho millones de euros) de sus cuentas bancarias tras las primeras denuncias.
Los abogados del médium aseguran que es inocente y anunciaron que interpondrán un recurso ante la Justicia para que pueda responder a todas las acusaciones en libertad. Los investigadores del caso no descartan nuevas medidas preventivas, como el cierre del centro donde realizaba las curas milagrosas o la detención de algunos de sus ayudantes, que le habrían ayudado a encubrir las violaciones.
Hasta el momento, la Fiscalía recibió 335 denuncias procedentes de buena parte de Brasil y de otros seis países: Alemania, Australia, Bélgica, Bolivia, Estados Unidos y Suiza. Todos los relatos son muy parecidos; las mujeres cuentan que tras las ceremonias de cura realizadas en grupo, el médium les pedía que pasaran a su despacho alegando que su caso era ‘especial’ y necesitaba un trabajo extra.
Fuera de las miradas de los testigos, abusaba de ellas. Entre los cientos de víctimas está la propia hija del curandero, Dalva Teixeira, de 49 años, que en confesiones a la revista ‘Veja’ relató que empezó a ser violada cuando era una niña, a los diez años, y que perdió un hijo cuando estaba embarazada debido a una paliza. «Mi padre es un monstruo», afirmó.
Las denuncias empezaron a salir a la luz hace una semana. La holandesa Zahira Leeneke Maus fue la primera en hablar y de las pocas que han tenido la valentía de hacer pública su identidad: «Cuando contaba mi historia me decían. ¿por qué vienes con esto si está curando a miles de personas? Por eso nunca dije nada. Pensaba… si soy sólo yo es igual, porque está curando a mucha gente, pero ahora sé que está abusando de cientos de mujeres y niñas».
Su testimonio, aireado en un programa de televisión, suscitó un alud de denuncias de mujeres que hasta ahora tenían miedo de revelar sus agresiones, ya que en muchos casos sufrían amenazas de los seguidores del médium.
João de Deus dice tener poderes curativos desde niño gracias a su capacidad para incorporar espíritus. Entre ellos estaría el de San Ignacio de Loyola, santo español que da nombre al centro donde hasta hace unos días atendía a miles de personas todos los meses. Está situado en Abaidânia, una pequeña ciudad a 120 kilómetros de Brasilia que prácticamente vive del turismo religioso y cuya economía ahora pende de un hilo. Entre los devotos del médium más famoso de Brasil había muchos famosos, desde las presentadoras Oprah Winfrey y Xuxa hasta los ex presidentes brasileños Lula da Silva y Dilma Rousseff, que acudieron a él en busca de remedio para el cáncer, reseña El Mundo