El canciller alemán, Olaf Scholz, prometió este lunes 26 de agosto aumentar las deportaciones y reducir la inmigración irregular durante una visita a Solingen, donde tres personas fueron asesinadas en un apuñalamiento masivo durante el fin de semana. Así mismo, el líder político aseguró que se debe estudiar si los organismos de seguridad no necesitan más competencias y mayores herramientas para hacer frente a lo que se refirió como terrorismo.
El canciller alemán, Olaf Scholz, prometió este 26 de agosto aumentar las deportaciones durante una visita a Solingen, escena de un apuñalamiento masivo mortal, vinculado al autodenominado Estado Islámico. Un hecho violento que reforzó la oposición de extrema derecha y avivó las críticas hacia la gestión de la migración por parte del Gobierno.
El fiscal general del país indicó que el presunto agresor, un solicitante de asilo sirio de 26 años, que se entregó a las autoridades, es sospechoso de pertenecer a ese grupo yihadista.
“Tendremos que hacer todo lo posible para garantizar que aquellos que no pueden o no se les permite quedarse en Alemania sean repatriados y deporten», afirmó Scholz a los periodistas en la ciudad occidental, donde depositó una flor en la escena del crimen.
«Siento ira, mi ira se dirige contra los islamistas. Tienen que saber que no cesaremos en su persecución», advirtió Scholz en una comparecencia junto con el primer ministro de Renania del Norte Westfalia, Hendrik Wüst, y el alcalde de Solingen, Tim Kurzbach.
El ataque, en el que un presunto miembro sirio del Estado Islámico de 26 años está acusado de asesinar a tres personas, revivió el debate sobre las políticas de asilo y deportación en Alemania, justo antes de tres elecciones estatales programadas para el próximo mes.
El grupo militante islamista reivindicó el ataque, que tuvo lugar el viernes por la noche durante las celebraciones del 650º aniversario de Solingen. Además de los tres fallecidos, ocho personas resultaron heridas, algunas de gravedad.
El partido de extrema derecha Alternativa para Alemania, AfD,, que aboga por una política más estricta contra la migración, lidera las encuestas en Sajonia y Turingia, donde se celebrarán elecciones estatales este domingo, así como en Brandeburgo, que votará el 22 de septiembre.
Según los encuestadores de opinión Stefan Merz de Infratest dimap y Manfred Guellner de Forsa, es improbable que el ataque genere un aumento significativo en los votos para el partido de extrema derecha, ya que su base de apoyo ya está movilizada en torno a temas migratorios.
Merz, de Infratest dimap, también sugirió que la CDU de centroderecha podría beneficiarse del impacto del ataque en detrimento de los socialdemócratas de centroizquierda liderados por Scholz.
Alemania aumentó en 30% las deportaciones el último año
«Tendremos que hacer todo lo posible para garantizar que aquellos que no pueden y no se les permite quedarse en Alemania sean repatriados y deportados», amenazó Scholz.
Scholz dijo que en Alemania ya existe un aumento del 30% en las deportaciones este año, pero que «estudiaremos muy de cerca cómo podemos contribuir a aumentar aún más estas cifras». Según él, las medidas, incluidos los controles fronterizos en las fronteras orientales de Alemania, han reducido el número de migrantes que llegan «irregularmente», pero que también hay margen de mejora en ese aspecto.
Después de un ataque con cuchillo perpetrado por un migrante afgano en Mannheim a finales de mayo, que resultó en la muerte de un policía y heridas a cuatro personas más, Scholz prometió que Alemania reanudará las deportaciones de criminales procedentes de Afganistán y Siria.
Actualmente, Alemania no realiza deportaciones hacia Afganistán ni Siria. El gobierno alemán no mantiene relaciones diplomáticas con los talibanes en Kabul y considera que la situación de seguridad en Siria es demasiado inestable para permitir deportaciones. Sin embargo, en junio, Scholz declaró que su gobierno estaba buscando soluciones para deportar a afganos condenados a países vecinos de Afganistán, y se ha discutido la posibilidad de permitir deportaciones a Siria.
Los críticos señalan que no ha habido avances significativos desde entonces. La portavoz del Ministerio del Interior, Sonja Kock, aseguró el lunes que el gobierno continúa trabajando «intensamente» en este asunto.
El presunto atacante fue catalogado como «caso Dublín», en referencia a las normas de la Unión Europea que exigen que los solicitantes de asilo presenten sus solicitudes en el primer país de la UE al que lleguen.
Según los medios alemanes, Alemania había planificado deportar al sospechoso del ataque a Bulgaria el año pasado. Sin embargo, la deportación no se llevó a cabo con éxito porque el hombre no se encontraba en su alojamiento para refugiados cuando las autoridades intentaron realizar la medida, según los informes.
El gobierno aseguró que el plan de deportación había «fracasado en la práctica» y no sobre una base legal.
El líder de la oposición, Friedrich Merz, líder de la Unión Cristianodemócrata de Wüst, se quejó el domingo en la cadena de televisión ARD: «Llevamos tres meses discutiendo las consecuencias de Mannheim… ya es suficiente. Ahora debemos hacer algo juntos».
«Tenemos gente en Alemania que no queremos tener aquí, y debemos asegurarnos de que no vengan aún más», argumentó Merz.
La situación migratoria en Alemania cambió significativamente en los últimos años. Desde la «cultura de bienvenida» promovida por la ex canciller Angela Merkel en 2015-2016, durante la cual Alemania recibió a más de 1,2 millones de refugiados y solicitantes de asilo, el país adoptó una postura más restrictiva.
Hoy en día, Alemania alberga a más de tres millones de refugiados y solicitantes de asilo, la cifra más alta en Europa. Sin embargo, el incremento de más del 50% en las solicitudes de asilo durante el último año ha puesto al sistema de acogida bajo una gran presión. AP