La exprimera dama Sandra Torres lideraba los conteos iniciales de la primera vuelta de las elecciones presidenciales del domingo en Guatemala, seguida por el cirujano Alejandro Giammattei, en una contienda que podría ser definida en balotaje.
Con el 29% de las mesas escrutadas por el Tribunal Supremo Electoral, la política de centroizquierda de 63 años encabezaba las votaciones con un 24.20% de los sufragios, mientras que su rival más cercano, un conservador de 63 años, lograba el 15.20%.
En tanto, el diplomático Edmond Mulet quedaba rezagado con un 12.42% de los sufragios.
Hasta ahora ninguno de los candidatos obtenía más del 50% requerido para ganar en primera vuelta, por lo que sería necesario un balotaje pautado para el 11 de agosto.
Torres llegó como favorita a los comicios con sus propuestas de reactivar programas sociales que implementó como primera dama durante el mandato de Álvaro Colom (2008-2012) y una promesa de cero tolerancia para combatir la violencia y la corrupción, que han ayudado a estimular la migración ilegal a Estados Unidos.
En su tercer intento por alcanzarla presidencia de Guatemala, la política también ha prometido mejorar las condiciones para los 16.5 millones de habitantes del país, así como para los tres millones de guatemaltecos que viven en Estados Unidos.
SE REQUIERE PRESIDENTE CON PLAN
La exprimera dama ha criticado la decisión del presidente Jimmy Morales acerca de permitir la participación de efectivos estadounidenses en entrenamientos en Guatemala con miras a frenar la creciente migración ilegal de centroamericanos a Estados Unidos, que ha desatado la ira del presidente Donald Trump.
Su más cercano rival, quien llegó a la contienda electoral de segundo en las preferencias, ha ofrecido seguros de salud para menores y trabajos de medio tiempo para aumentar los puestos y una mayor fiscalización en las compras del Estado. El médico busca la presidencia por cuarta ocasión consecutiva.
“Espero que el próximo presidente sea una persona capaz, con propuestas y planes para solucionar los problemas más latentes de Guatemala: la pobreza extrema, el desempleo y la migración”, dijo William Arredondo, un administrador de empresas de 25 años, tras emitir su voto en una escuela del oriente de la capital.
Desde que el país despertó a la democracia en 1985, después de décadas de gobiernos militares, ninguna elección presidencial ha sido resuelta en primera vuelta.
La contienda, en la que también fueron electos alcaldes y diputados estuvo marcada por una campaña en la que varios candidatos fueron vetados por corrupción o vínculos con la delincuencia.
Quien gane el balotaje sustituirá a partir del próximo año a Morales, que asumió el cargo en 2016 luego de que su predecesor fuera derrocado por una investigación liderada por la CICIG, un organismo independiente creado por las Naciones Unidas para combatir la corrupción en Guatemala.
Sin embargo, Morales también se convirtió en objetivo de la CICIG por supuestas irregularidades en el financiamiento de su campaña, aunque las acusaciones no prosperaron y el presidente terminó ordenando la salida del país del organismo a partir de septiembre pese al descontento de muchos guatemaltecos.
“Guatemala necesita un gobierno transparente, mayor seguridad, que siga la CICIG en Guatemala y que mejore la economía”, dijo Dalila Lorenzana, una ama de casa de 46 años, después de emitir su voto.
Sobre Torres, abanderada del partido Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), que fundó en 2002 junto con Colom, también pesa una acusación por financiamiento ilícito en su campaña de 2015, pero no puede ser procesada porque goza de la inmunidad que protege a todos los candidatos a puestos de elección popular. REUTERS