Salvaron a un hombre de suicidarse con una conversación y cervezas

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Algo los condujo a aquel lugar. Jason Gaebel y Kwame Anderson no suelen estar por esa zona. Tampoco cruzan a menudo el puente sobre la Interestatal 94 en St. Paul, Minnesota. Pero en la mañana del miércoles sí lo hicieron.

Habían comenzado a trabajar temprano ese día y ya habían hecho el primer reparto de cerveza en un bar de temática deportiva, cuando continuaron con su rutina. Enfilaron su camión hacia el puente, para cambiar el recorrido. Fue en ese momento cuando Gaebel vio que algo estaba mal: un hombre estaba a punto de lanzarse para acabar con su vida.

La víctima había cruzado el alambrado de seguridad y colgaba del otro lado. Gaebel mantuvo un diálogo cuya primera parte quedó registrado en un video que Anderson estaba grabando.

– ¡Hey, hermano! ¿Estás bien? ¡Ven de este lado, hermano!

– ¡Quiero morir!

– ¡No, No, No…!

Acto seguido, Anderson cortó el video y llamó al 911 por ayuda.

Sin embargo, la escena continuaba y crecía en dramatismo. Tanto él como su compañero de reparto comenzaron a hablar más tranquilamente con el suicida. Creían que así ganarían tiempo hasta que llegaran los profesionales que podrían lidiar con esa extrema situación.

«Voy a mantener a este hombre entretenido de alguna manera porque si espero a la policía, las cosas empeorarán», pensó Anderson según relató a la cadena KMSP. Fue así que recordó una película de Denzel Washington en la que el protagonista hace de negociador. «Ok, seré el negociador», dijo para sí.

Anderson estuvo dialogando con el individuo durante una hora. Incluso la policía estaba allí y había arribado hacía tiempo, pero permitió que la conversación entre ambos fluyera. Le preguntó su nombre, dónde había crecido, si estaba casado, tenía hijos… Sí, tenía niños a su cargo, vivía cerca de allí y era originario de Chicago.

– Chicago es duro…

– Crecí en el Lado Este de St. Paul, justo como tú – le contestó Anderson.

Con el correr de los minutos tuvo una brillante idea. Comenzó a preguntarle acerca de qué otra cosa quería o necesitaba. Debían convencerlo con las herramientas que tenían a mano y qué mejor que… ¡ofrecerle un pack de 12 cervezas que estaban distribuyendo a sus clientes!

– ¿Quieres tomar algo conmigo?… ¿Sí? ¿Unas cervezas?

– Quizás.

Anderson fue hasta la parte trasera del camión y tomó un pack de 12 cervezas de Coors Light. Caminó hasta el costado del puente, abrió la caja y le dijo al hombre que si pasaba de este lado, las latas serían todas suyas. Aceptó. Cuando finalmente cruzó a salvo, los oficiales lo trasladaron a un hospital para que lo revisaran y lo atendieran.

«Es un buen día», dijo Anderson cuando volvió a encender su cámara. Vaya si estaba en lo cierto.