José Luis Rodríguez Zapatero, expresidente del Gobierno español, manifestó que la comunidad internacional “no debe presionar para sancionar y poner al pueblo de Venezuela en una situación de gravísima dificultad”.
Tal señalamiento lo hizo durante su intervención en el Foro Nueva Economía, celebrado en el país ibérico, donde expresó que la mayoría de los venezolanos votará en las parlamentarias del próximo 6 de diciembre para “abrir una nueva etapa y salir del bloqueo”, reseñó Europa Press.
Estimó como esencial “aceptar que el chavismo es una realidad política”, y que “cualquier salida que se pueda producir; que tiene que ser electoral, debe partir de esa idea”.
Aseguró que una “solución política” tiene que partir del acuerdo entre venezolanos y así “construir una democracia consensuada” y no los “intereses geoestratégicos de las grandes potencias”.
Dijo que el “unilateralismo y el uso de la fuerza ha demostrado ser un desastre”.
Mejores estrategias
El expresidente estimó que la situación que atraviesa el país es consecuencia de la decisión que tomó la mayoría de la oposición de no participar en las elecciones presidenciales de 2018.
Explicó que de esa estrategia se deriva todo el argumento que utiliza la Unión Europea para desconocer a Nicolás Maduro como presidente. Aspira a que los partidos de oposición democrática participen, no sólo en estas parlamentarias, sino también en las elecciones presidenciales, cuando éstas tengan lugar, “porque cada vez que no se ha seguido por la vía electoral, las consecuencias no han sido buenas ni para la oposición ni para el país”.
Gobierno es el que es
Convencido de que las elecciones se harán “con todas las garantías”, indicó que serán exitosas si se reconocen los previos triunfos electorales del chavismo y que “el Gobierno es el que es”. Explicó que la decisión de reconocer a Juan Guaidó como “presidente interino” no funcionó y “debe ser sometida a un juicio autocrítico por quienes la promovieron”.
“Que sirva de lección y que no se vuelva a hacer”, dijo.
Dijo que la solución “tiene que ser progresiva y tranquila y no con proclamas y planes fuera de la realidad de creer que el Ejército iba a derribar gobiernos” porque “todos los pronósticos han sido un fiasco de las tesis radicales”.