Chris Watts, conocido mediáticamente como el «monstruo de Denver», fue condenado a cinco cadenas perpetuas por el homicidio de su esposa embarazada y las dos hijas de la pareja. El hombre no tendrá derecho a libertad condicional, por lo que pasará el resto de su vida en prisión.
Watts sumó también en total 84 años adicionales de cárcel por la muerte de su hijo no nacido, y por intentar eliminar los cuerpos de las víctimas.
Antes de que el fiscal del condado de Weld, Michael Rourke, dictara la sentencia contra el homicida, se revelaron detalles escalofriantes sobre el crimen que terminó con la vida de Shanann Watts , y sus hijas Bella, de 4 años, y Celeste, de 3.
«Bella luchó contra él. El tejido que une el labio superior con las encías tenía una laceración de un centímetro y medio. Ella se mordió la lengua varias veces antes de morir. Ella luchó por su vida mientras su padre la asfixiaba», explicó el fiscal.
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«Celeste no tenía heridas semejantes. De hecho, Celeste no tenía ninguna herida. Pero de acuerdo con el médico forense, ella también fue asfixiada», agrega el relato de Rourke.
Durante la lectura del fiscal el acusado escuchó atentamente el relato, visiblemente conmocionado y sin levantar la cabeza.
«El acusado metódicamente y con calma, subió los cuerpos a la camioneta que usaba para trabajar. Pero no como si estuviera robando, ni de una forma desordenada… Fue visto por la cámara de la puerta de un vecino cuando retrocedía con su camioneta hasta ponerla en la entrada de la casa, luego entrando y saliendo de la casa en tres momentos diferentes, una vez por cada uno de los cadáveres», sigue el dramático relato del fiscal.
«Bella y Celeste fueron tiradas en tanques de petróleo en esas instalaciones: tanques diferentes, para que no estuvieran juntas después de muertas (…) El acusado les dijo a los investigadores que el tanque donde tiró a Bella parecía más vacío que el tanque de Celeste por el sonido que hicieron sus cuerpos al salpicar. ¡Esas eran sus hijas!», dijo el persecutor.
Además del crimen mismo, Chris Watts demostró máxima frialdad cuando después de cometer el crimen y reportar la «desaparición» de su esposa e hijas, apareció en televisión haciendo un llamado para que la mujer regresara al hogar junto a la niñas. Sin embargo, su mentira quedó al descubierto semanas después.