Como primera fotografía, las elecciones primarias, abiertas y simultáneas (PASO) celebradas ayer mostraban esta madrugada un escenario electoral dividido en tres tercios desparejos, encabezado por Daniel Scioli, el candidato presidencial del Frente para la Victoria (FPV), con el 37,2 por ciento de los votos. A una exigua distancia de seis puntos se ubicaba el frente opositor Cambiemos, que totalizaba el 31,2% de los sufragios, seguido en tercer lugar por la coalición Unidos para una Nueva Argentina (UNA), con el20,8%. según reseña del diario La Nación
De confirmarse esta tendencia electoral de las primarias -que recién se conoció pasada la medianoche y con un bajo porcentaje de mesas escrutadas en Buenos Aires-, las elecciones generales de octubre tendrá tres protagonistas estelares:Scioli, Mauricio Macri (Pro), que se impuso por amplio margen en la disputa interna de Cambiemos, y Sergio Massa (Frente Renovador), quien hizo lo propio en UNA. Otro dato no menor es que, si estos mismos guarismos se cristalizan en octubre, al mes siguiente los argentinos deberán concurrir nuevamente a las urnas para definir, en el primer ballottage de la historia, al próximo presidente.
Pese a que el recuento oficial de votos fue extremadamente lento, a tal punto de que se empezaron a difundir datos después de las 23, y a las 2 de la mañana no había alcanzado el 40% de las mesas, los tres flamantes candidatos presidenciales festejaron ayer en sus respectivos búnkeres de campaña, aunque todos con cautela. No bien se cerraron los comicios, el kirchnerismo procuró instalar un clima de victoria apabullante sobre la oposición: mediante una lectura parcial de sus encuestas en boca de urna, sacó a relucir que Scioli le llevaba una ventaja de 12 puntos sobre su más inmediato rival, Macri. “Este resultado es contundente, lo miren como lo miren, la única verdad es la realidad“, exclamó el actual gobernador bonaerense en su búnker emplazado en el Luna Park.
En otro punto de la Capital, en el complejo Costa Salguero, los dirigentes de Cambiemos exhibían un análisis muy distinto: sumados los votos de los tres contendientes internos –Macri, Ernesto Sanz (UCR) y Elisa Carrió (Coalición Cívica)-, exaltaron que este frente electoral se ubicaría a sólo cinco puntos del kirchnerismo, una diferencia que, a su juicio, es factible de revertir de aquí a octubre.
Mientras tanto, Massa, instalado en su búnker en Tigre, festejó el haber quebrado el escenario de polarización que, a su juicio, pretendieron instalar Scioli y Macrien la opinión pública. Ganador de la compulsa interna de UNA frente al gobernador cordobés, José Manuel de la Sota -quien al reconocer su derrota le garantizó su apoyo en las elecciones de octubre-, Massa se erigirá ahora en un árbitro clave en las elecciones de octubre y en el eventual ballottage de noviembre.
Lejos de este trío de candidatos presidenciales se ubicaron el Frente de Izquierda de los Trabajadores (FIT), que obtenía anoche el 3,4% de los votos y que entronizaba a Nicolás del Cañocomo candidato a presidente (se imponía frente a su rival interno, Jorge Altamira). Con este resultado, el FIT desplazaba al quinto lugar a Margarita Stolbizer, de Progresistas, con el 3,4% de los sufragios, mientras que el puntano Adolfo Rodríguez Saá se ubicaba sexto con el 2,1%.
De esta manera, de las quince fórmulas presidenciales que participaron ayer en las PASO, sólo seis quedaron en pie para competir en octubre próximo. Al cierre de esta edición, quedaban desplazados de la contienda electoral por no haber reunido el piso mínimo del 1,5% de votos que exige la ley los candidatos Víctor De Gennaro (Alianza Frente Popular), con el 0,5% de los votos;Manuela Castañeira, del Movimiento al Socialismo, con el 0,5%, y Alejandro Bodart, de Nueva Izquierda, con el 0,4% de los votos.
Así las cosas, a partir de ahora y hasta los comicios generales las cartas se barajarán y se darán de nuevo. Scioli estará exigido a preservar este piso de adeptos oficialistas y sumar votantes independientes si pretende evitar el ballottage de noviembre. Anoche, en su discurso tras conocerse los primeros resultados electorales, dio unos pocos indicios en ese sentido: dedicó su triunfo aNéstor y Cristina Kirchner e instó a los votantes “a no volver al pasado, a las políticas de ajuste ni a los mensajes contradictorios” de sus rivales.
“Hoy el pueblo argentino ha demostrado que fue a votar por estos sólidos cimientos. Mantengámonos en este camino que honra las banderas fundacionales de nuestro movimiento“, invocó el gobernador.
Por su parte Macri, que impuso su liderazgo interno dentro de Cambiemos (anoche obtenía casi el 80% de los votos frente al 12% de Sanz y el 8% deCarrió), tendrá como desafío inmediato exhibir gestos de pluralismo interno que consoliden su alianza política y que le permitan ampliar su base electoral.
Anoche cumplió al pie de la letra con estas premisas en su discurso en Costa Salguero, donde elogió a sus socios “Ernesto y Lilita” y rescató “los valores democráticos de la Unión Cívica Radical” y la “honestidad, la transparencia y la ética de Carrió“. Pero no se quedó allí: enfatizó que “aprendió mucho de cada sector social” y, en este sentido, reivindicó las banderas del peronismo (“los valores de la justicia social, de la igualdad y de la movilidad social ascendente“, dijo), del socialismo, de la izquierda y del sindicalismo.
“Los invitamos a la transformación que necesita el país. Devolverle el Estado a la gente, no a los intereses de la política“, exclamó Macri.
Su foco, al igual que el de Scioli, estará puesto en Massa. El flamante candidato presidencial de UNA mostró que está dispuesto a dar la pelea y convocó a sus rivales a tener un debate público de sus propuestas ante la sociedad.
La jornada electoral de ayer, extensa y complicada debido a las inclemencias del tiempo en distintos puntos del país, se desarrolló sin mayores contratiempos; salvo el frente Cambiemos, que denunció robo de boletas en algunos puntos del conurbano bonaerense, las otras fuerzas políticas no acusaron irregularidades graves.
Más allá de los resultados generales, estas primarias arrojaron algunas sorpresas y varias definiciones políticas que gravitarán de aquí a octubre. Sobre todo en la provincia de Buenos Aires, el distrito más populoso del país.
En efecto, al cierre de esta edición, el actual jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, se imponía por una leve diferencia a su rival Julián Domínguez en la disputa por la gobernación bonaerense del kirchnerismo. La diferencia era de 20,5% contra 18,1%. Fernández contaba con el apoyo de la estructura oficial de La Cámpora y del núcleo duro del kirchnerismo, y Domínguez con el respaldo de los intendentes.
Otro dato relevante fue la derrota de varios caciques del conurbano -entre ellos,Darío Giustozzi, en Almirante Brown, y Raúl Othacehé, en Merlo- y la importante performance electoral de Maria Eugenia Vidal (Pro), quien se convertía en la postulante individual más votada, con el 32% de los votos.