Se trata de Hovensa, que hasta su cierre en 2012 fue la más grande del mundo, con una capacidad para procesar 545.000 barriles diarios.
El gobierno de las Islas Vírgenes de Estados Unidos presentó una demanda contra la petrolera Hess Corp por más de mil millones de dólares, alegando que la empresa abandonó una refinería de petróleo que se había comprometido a ejecutar hasta el año 2022, reseña La Razón.
Se trata de Hovensa, que hasta su cierre en 2012 fue la más grande del mundo, con una capacidad para procesar 545.000 barriles diarios, y de la que era copropietario el gobierno venezolano a través de Pdvsa.
La filial Hess, petrolera copropietaria, anunció acogerse a la bancarrota, lo que le permite ejercer la venta de la refinería para su uso como una instalación de almacenamiento sencilla.
Tanto Hess como Pdvsa trataron de vender Hovensa el año pasado, pero un posible acuerdo terminó hundido por los legisladores en Islas Vírgenes, según apuntó el jefe de Reestructura de Hovensa, Thomas Hill, en una presentación ante la corte este martes en la isla de St. Croix.
La demanda dice que Hess y Pdvsa firmaron contratos que impulsaron artificialmente el precio del crudo venezolano y suprimieron el costo de los productos derivados que la refinería envió a las gasolineras Hess a lo largo de la costa este de Estados Unidos.
Durante su época operativa la refinería empleaba a uno de cada cuatro trabajadores de la isla.
En 2005 la refinería fue demandada por reguladores ambientales que alegaban contaminación del agua potable, daños al ecosistema marino y la vida silvestre de las islas. La compañía estableció una promesa de pago de las Islas Vírgenes de 43,5 millones de dólares.
Los representantes gubernamentales de la isla aseguran que el daño causado por la refinería equivale a cuatro veces el derrame petrolero de Exxon Valdez.