Rebeldes hutíes de Yemen se atribuyen un ataque a Emiratos Árabes Unidos

Aeropuerto de Abu Dabi

El aeropuerto internacional de Abu Dabi, capital de Emiratos Árabes Unidos (EAU) y la cercana zona industrial de Mussafah recibieron este lunes sendos ataques que han sido reivindicados por los rebeldes hutíes de Yemen. Los ataques, perpetrados con misiles y drones dejaron tres muertos y seis heridos. La Coalición Árabe, liderada por Arabia Saudita y de la que forma parte EAU, bombardeó Saná, la capital de Yemen, como respuesta.

Los rebeldes hutíes de Yemen reivindicaron el ataque con drones y misiles al aeropuerto de Abu Dabi, la capital de Emiratos Árabes Unidos (EAU) y la cercana zona industrial de Mussafah. Así lo confirmó en un discurso televisado Yahya Sarea, portavoz militar de los hutíes, quienes la semana pasada ya amenazaron a EAU por apoyar a una fuerza paramilitar en Yemen.

«La Operación Ciclón del Yemen tuvo como objetivo los aeropuertos de Dubái y de Abu Dabi y la refinería de Mussafah, así como un gran número de sitios e instalaciones importantes y sensibles de Emiratos», afirmó. Sarea amenazó con ampliar los ataques a todos los países que forman la Coalición Árabe que desde 2015 se enfrenta a los hutíes en Yemen.

«No dudaremos en expandir los objetivos (de ataque) para incluir sitios e instalaciones más importantes durante el próximo período», advirtió a la coalición liderada por Arabia Saudita y que es el principal apoyo del Gobierno reconocido internacionalmente como legítimo en Yemen.

Un ataque con drones y “misiles balísticos”

La policía emiratí informó en un primer momento de dos incendios que causaron la explosión de tres tanques de combustible en la zona industria de Mussafah y en la zona en construcción del aeropuerto de la capital emiratí.

Más tarde, a través de la agencia de noticias oficial, WAM, la policía informaba que las investigaciones preliminares indicaban “la detección de pequeños objetos voladores, posiblemente drones, que cayeron en las dos zonas y que pudieron haber provocado la explosión y el incendio» y que como resultado había tres fallecidos y seis heridos.

El propio portavoz militar hutí confirmó a posteriori el uso de “cinco misiles balísticos y una gran cantidad de drones» en la operación. EAU aseguró que «se reserva el derecho de responder a estos ataques terroristas y esta siniestra escalada criminal» cometida «al margen de las leyes internacionales y humanitarias».

El secretario general de la ONU, António Guterres, también condenó los ataques y recordó que «la ley internacional humanitaria prohíbe los ataques contra civiles y contra infraestructuras civiles». Guterres insistió en que «no hay solución militar al conflicto en Yemen», por lo que las partes deben conseguir un «un proceso político en vistas de un arreglo global y negociado».

Respuesta de la Coalición Árabe

Tras conocerse la noticia, numerosos países de la Coalición Árabe condenaron el ataque a la par que respaldaron a su aliado. Entre ellos, la propia Arabia Saudita, Bahréin, Kuwait y Marruecos, así como el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) y el Parlamento Árabe.

La respuesta más contundente llegó con el bombardeo de la capital yemení, Saná. «En respuesta a la amenaza y a la necesidad militar, hemos comenzado a realizar ataques aéreos en Saná y tenemos como objetivo a líderes terroristas al norte de la capital», afirmó la coalición en un comunicado difundido por la agencia de noticias saudita, SPA.

La agencia yemení, Saba, controlada por los hutíes, afirmó sin embargo que los bombardeos habrían dejado como consecuencia cuatro civiles muertos tras impactar contra una residencia particular. La agencia EFE asegura que testigos les informaron de impactos contra cuarteles militares pertenecientes a los hutíes.

Anteriormente, Estados Unidos había asegurado que trabajaría con sus socios internacionales para que los hutíes “rindan cuentas” tras el ataque a EAU. «Nuestro compromiso con la seguridad de los EAU es inquebrantable y respaldamos a nuestros socios emiratíes ante todas las amenazas a su país», aseguró Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional Joe Biden.

Más de siete años de guerra

La Guerra de Yemen comenzó en 2014, cuando los rebeldes hutíes dieron un golpe de Estado en contra del presidente Abdrabbuh Mansour Hadi, reconocido internacionalmente y que llegó al poder por la dimisión del presidente Ali Abdullah Saleh tras las conocidas como primaveras árabes. Tras 21 años en el poder, los hutíes lo reconocían como el presidente legítimo.

En aquel momento, los grupos independentistas del sur de Yemen y otros actores como Al-Qaeda también eran grupos importantes en liza en este conflicto. Fue en 2015 cuando se creó la Coalición Árabe que entró en el conflicto en apoyo de Hadi con la excusa de que los hutíes están apoyados por Irán. Tanto Arabia Saudita como Irán son hoy en día los principales actores internacionales en el conflicto.

Un informe de las Naciones Unidas publicado en noviembre de 2021 asegura que en torno a 377.000 personas habrían muerto en Yemen a consecuencia del conflicto. En torno al 60% lo habrían hecho por consecuencias indirectas como la falta de agua, el hambre y las enfermedades.

Con información de EFE y medios locales.