El presidente de Rusia, Vladimir Putin, y su homólogo estadounidense, Joe Biden, mantendrán el sábado una conversación telefónica de alto nivel mientras aumentan las tensiones sobre una posible invasión inminente de Ucrania y Estados Unidos anunció que planea evacuar su embajada en la capital ucraniana, Kiev.
Antes de hablar con Biden, Putin conversará con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, que se reunió con él a principios de semana en Moscú para tratar de resolver la crisis.
Rusia ha concentrado un gran número de soldados cerca de las fronteras de Ucrania y realiza maniobras militares en la vecina Bielorrusia, pero niega insistentemente que tenga intención de lanzar una ofensiva.
Sin embargo, la vocera del Ministerio de Exteriores ruso, Maria Zakharova, informó el sábado que el país ha “optimizado” su personal en su embajada de Kiev señalando que la decisión responde a la preocupación sobre posibles acciones militares del bando ucraniano.
“Llegamos a la conclusión de que nuestros colegas estadounidenses y británicos aparentemente saben de algunas acciones militares que se están preparando en Ucrania y que podrían complicar significativamente la situación en el ámbito de la seguridad”, afirmó la portavoz en un comunicado. “En esta situación, temiendo posibles provocaciones del régimen de Kiev o de terceros países, decidimos optimizar el personal en las legaciones diplomáticas rusas en Ucrania”.
Por su parte, Gran Bretaña instó el sábado a sus ciudadanos a abandonar el país. El ministro de Fuerzas Armadas, James Heappey, dijo a la BBC que los soldados británicos que han estado formando al ejército ucraniano también regresarán. Alemania y Holanda también pidieron a sus ciudadanos que salgan del país lo antes posible.
Para avivar la sensación de crisis, el Pentágono ordenó el despliegue de 3.000 soldados adicionales en Polonia para tranquilizar a sus aliados.
Biden ha dicho que su ejército no entrará en guerra en Ucrania, pero prometió graves sanciones a Moscú en coordinación con sus aliados internacionales.
El momento en el que tendrá lugar la posible acción militar rusa sigue siendo una cuestión clave.
La información de inteligencia recopilada por Washington indica que Rusia estaría considerando el miércoles como fecha, según un funcionario estadounidense familiarizado con los hallazgos. La persona, que no estaba autorizada a hablar en público y lo hizo bajo condición de anonimato, no reveló cómo de definitiva era la inteligencia, y la Casa Blanca resaltó públicamente que no sabe con certeza si Putin está comprometido con la invasión del país vecino.
Sin embargo, funcionarios estadounidenses informaron de nuevo que el aumento de la potencia de fuego rusa por tierra, mar y aire cerca de Ucrania ha llegado a un punto en el que podría invadir el país en poco tiempo.
Funcionarios estadounidenses dijeron a The Associated Press el viernes en la noche que el Departamento de Estado planea anunciar a primera hora del sábado que pedirá a casi todo el personal estadounidense de su embajada en la capital, Kiev, que abandone el país.
El Departamento de Estado no realizó comentarios, pero antes había ordenado a las familias del personal estadounidense en la legación diplomática que se marcharan. En el caso del personal no esencial, había dejado su situación a su discreción.
Los funcionarios, que hablaron bajo condición de anonimato porque no estaban autorizados a discutir el asunto de forma pública, apuntaron que un pequeño número de funcionarios permanecería en Kiev y la inmensa mayoría de los casi 200 estadounidenses serán reubicados en el extremo occidental del país, cerca de la frontera con Polonia, un aliado en la OTAN, para que Washington pueda mantener una presencia diplomática en el país.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Ucrania dijo el sábado en un comunicado que “es de vital importancia mantener la calma, consolidarse dentro del país y evitar acciones que socaven la estabilidad y siembren el pánico”. Agregó que las fuerzas armadas “están monitoreando constantemente la situación y están listas para rechazar cualquier infracción a la integridad territorial y la soberanía de Ucrania”.
El asesor de Seguridad Nacional de Biden, Jake Sullivan, instó a todos los estadounidenses que estén en Ucrania a irse, enfatizando que no deben esperar que el ejército estadounidense los rescate en el caso de que se corte el tránsito aéreo y ferroviario luego de la invasión rusa.
Varios aliados de la OTAN, incluyendo Gran Bretaña, Canadá, Noruega y Dinamarca, han pedido también a sus ciudadanos que abandonen el país, así como Nueva Zelanda, que no forma parte de la alianza.
Según Sullivan, la acción militar rusa podría comenzar con ataques aéreos y de misiles, seguidos de una ofensiva terrestre.
“Sí, es un mensaje urgente porque estamos en una situación de urgencia”, dijo a reporteros en la Casa Blanca.
“Rusia tiene todas las fuerzas que necesita para llevar a cabo una acción militar importante”, apuntó Sullivan, añadiendo que Moscú “podría optar, en muy poco tiempo, por iniciar una acción militar importante contra Ucrania”. La escala de esa invasión podría ir desde una incursión limitada a un ataque a Kiev, apuntó.
Rusia, por su parte, se mofó de la sensación de urgencia transmitida por Estados Unidos.
“La histeria de la Casa Blanca es más indicativa que nunca”, informó la vocera del Ministerio de Exteriores, Maria Zakharova. “Los anglosajones necesitan una guerra. A cualquier costo. Las provocaciones, la desinformación y las amenazas son su método favorito para resolver sus propios problemas”.
Además de los más de 100.000 soldados que, según funcionarios estadounidenses, Moscú ha acumulado a lo largo de las fronteras este y sur con Ucrania, los rusos han desplegado misiles, aviación, barcos y fuerzas de operaciones especiales, además de suministros para mantener una guerra. Esta semana, el Kremlin llevó seis buques anfibios de asalto al Mar Negro, lo que aumenta su capacidad para desembarcar marines en la costa.
Moscú exige a Occidente que deje a Ucrania y a otras exrepúblicas soviéticas fuera de la OTAN y quiere que la alianza no despliegue sus armas cerca de sus fronteras y retire sus fuerzas de Europa del Este, peticiones que Occidente rechaza.
Rusia y Ucrania están inmersas en un amargo conflicto desde 2014, cuando su presidente, afín al Kremlin, fue derrocado tras protestas populares. Moscú respondió anexionándose la península de Crimea y respaldando a la insurgencia separatista en el este, donde los combates han dejado más de 14.000 muertos.
El alto el fuego de 2015, mediado por Francia y Alemania, ayudó a frenar los combates a gran escala, pero las escaramuzas han continuado y los esfuerzos para alcanzar un acuerdo político están estancados. AP
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