Producción de cocaína en máximos históricos y auge en la demanda

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La producción mundial de cocaína ha alcanzado máximos históricos tras el parón por la pandemia de la COVID-19, según ha alertado este jueves el Informe Mundial sobre Cocaína 2023 de la ONU.

El cultivo de coca se disparó un 35% entre 2020 y 2021, una cifra récord y el mayor aumento interanual desde el año 2016. En 2020, además, se produjeron casi 2.000 toneladas de clorhidrato de cocaína, más del doble que en el año 2014.

Esa producción es de la máxima pureza, por lo que la cifra que llega al mercado es mucho mayor al mezclar los narcotraficantes la droga con otras sustancias para aumentar sus beneficios.

Pero también ha crecido «enormemente» la demanda, con cada vez más grupos criminales implicados. Aunque los mercados tradicionales de esta droga, América del Norte y Europa, siguen siendo los más importantes, la organización ha advertido que la enorme producción puede permitir una expansión hacia África y Asia.

«El tráfico de cocaína ha tenido un regreso dramático», ha insistido la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.

No obstante, las incautaciones de cocaína por parte de las fuerzas de seguridad de todo el mundo también han aumentado considerablemente, y alcanzaron la cifra récord de casi 2.000 toneladas en 2021. De hecho, esos decomisos crecieron a mayor velocidad que la producción, lo que significa que ha contenido el crecimiento de la cocaína disponible para el consumo.

Nuevas rutas para el tráfico de cocaína

Los grandes puertos del mar del Norte, como Amberes, Rotterdam y Hamburgo, han sustituido a España y Portugal como los lugares más frecuentes de entrada de la cocaína a Europa Occidental.

Solo en Amberes se incautaron en 2021 casi 90 toneladas de cocaína, mientras que en Rotterdam fueron más de 70 toneladas. Los narcotraficantes tratan de introducir grandes cantidades de droga en contenedores aprovechando la enorme actividad comercial en estos puertos.

Aunque Colombia sigue dominando las rutas desde Suramérica hacia el mercado de EEUU, los narcos han diversificado sus rutas en Centroamérica, desde donde se envía cada vez más cocaína hacia Europa.

Algunas regiones como África Occidental y Central, así como el sureste de Europa, son cada vez más importantes como zonas clave de tránsito de la droga.

Más grupos criminales implicados

El informe señala igualmente que el panorama delictivo se está fragmentando y cada vez hay más grupos criminales implicados en el negocio.

La desmovilización en Colombia de las FARC, que hasta entonces controlaban muchas de las regiones cocaleras del país, abrió el camino a otros grupos, tanto locales como extranjeros, sobre todo de México y de los Balcanes.

En Brasil el crimen organizado parece apuntar cada vez más a países africanos de habla portuguesa, como Mozambique, Angola y Cabo Verde.

Además, el estudio revela que han proliferado los llamados «proveedores de servicios», es decir, grupos especializados que prestan sus servicios en toda la cadena de suministro a cambio de un pago o una comisión.

«Estos grupos van desde bandas de motoristas en Bélgica hasta grupos de delincuencia organizada bien conectados en Guatemala. Los expertos creen que esta práctica está extendida por América Central y del Sur, el Caribe y África», indica. Agencias