El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, trazó un ambicioso plan para sus primeros 100 días en el cargo, que prometía medidas en temas tan variados como cambio climático, reforma migratoria y la pandemia del coronavirus.
El miércoles cumple su 50mo día en el cargo con la vista puesta en un hito: la aprobación definitiva en el Congreso de su enorme plan de 1,9 billones de dólares en ayudas del coronavirus. El proyecto de ley incluye pagos directos a millones de estadounidenses y dinero para ayudar a la Casa Blanca a cumplir varias de las principales promesas de campaña de Biden, como la reapertura de escuelas o vacunar a más estadounidenses.
En 50 días, Biden ha hecho grandes avances en varias de sus principales promesas, mientras que otras aún están a la espera de medidas. A continuación, un vistazo a cómo marchan algunos de estos objetivos:
METAS ALCANZADAS
Biden priorizó la lucha contra la pandemia del coronavirus durante sus primeras semanas en el cargo, y el énfasis ha tenido resultados. Va camino de cumplir su objetivo de 100 millones de dosis de vacunas administradas en sus primeros 100 días, un hito que podría alanzar a partir de finales de la semana que viene. La tasa diaria de vacunaciones es ahora de más de dos millones de inyecciones, y desde su investidura se han administrado 75 millones de dosis.
Biden también tomó varias medidas rápidas que cumplieron promesas de política climática. El Día de Investidura firmó un decreto que revocó el permiso del oleoducto Keystone XL, detuvo la construcción en el Refugio Nacional de Vida Silvestre del Ártico y ordenó revisar normas aprobadas por el gobierno de Trump sobre medio ambiente, salud pública y ciencia. Un decreto del 27 de enero paralizó nuevas concesiones de gas y petróleo en terrenos y aguas federales.
Biden también cumplió promesas destacadas que implicaban revocar iniciativas del gobierno de Trump sobre cuestiones como cambio climático o inmigración. El nuevo gobierno regresó rápidamente a la Organización Mundial de la Salud y al Acuerdo Climático de París, detuvo la construcción del muro fronterizo, suspendió las restricciones a los viajes a personas llegadas de varios países de mayoría musulmana y creó un equipo de trabajo para reunir a las familias separadas en la frontera entre México y Estados Unidos.
En cuestiones de inmigración, Biden prometió llevar al Congreso una profunda reforma en sus primeros 100 días. El texto se presentó el mes pasado, aunque Biden ya ha indicado que está abierto a tramitarla por partes si es necesario. También emitió una directiva indicando al secretario de Seguridad Nacional que “preserve y refuerce” las protecciones a los inmigrantes jóvenes a los que sus padres llevaron a Estados Unidos.
Biden también ha tomado medidas para cumplir una promesa que endurezca los estándares éticos en su gobierno, como un decreto del 20 de enero que impone un compromiso ético a los cargos nombrados sobre actividades como el cabildeo o la recepción de regalos. El compromiso también prohíbe la interferencia política en el Departamento de Justicia.
EN PROCESO
Otras promesas de Biden aún están en proceso.
La estrategia nacional de Biden para el COVID-19 prometía establecer 100 nuevos centros de vacunación con apoyo federal en todo el país para finales de febrero. Por ahora el gobierno lleva unos 20 puntos de vacunación bajo gestión total del gobierno federal con personal militar en activo desplegado por el Pentágono. La Casa Blanca dice que en total, 441 centros de vacunación cuentan ahora con apoyo federal. Muchos de ellos no son nuevos, pero casi todos han ampliado su capacidad con los recursos federales adicionales.
En inmigración, Biden prometió revocar la norma de “carga pública” instaurada por el gobierno anterior para disuadir a los inmigrantes de utilizar prestaciones públicas, así como agilizar el proceso de naturalización y reformar el sistema de asilo en sus primeros 100 días. Un decreto que firmó a principios de febrero ordena a las agencias afectadas que revisen esas políticas y recomienden cambios en 60 días.
El gobierno ha emprendido algunas acciones para reformar el sistema de asilo, incluida una iniciativa del Departamento de Seguridad Nacional el primer día de Biden en el cargo para suspender un programa del gobierno de Trump que obliga a los solicitantes de asilo a esperar en México mientras se revisan sus casos. Pero Biden aún no ha detallado un plan para gestionar los flujos de asilo, más allá de proponer que se dediquen miles de millones de dólares a combatir las causas de la emigración en Centroamérica.
El presidente también a mantenido las competencias asociadas a la pandemia que permiten a su gobierno expulsar de inmediato a personas en la frontera sin ocasión de pedir asilo. El equipo de Biden ha dicho no tener planes de suspender de forma inmediata esa autoridad, introducida por Trump hace un año aprovechando una poco conocida ley de salud pública de 1944.
El presidente también prometió poner fin a la detención prolongada de familias inmigrantes. El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de Estados Unidos (ICE por sus siglas en inglés) dijo la semana pasada que tiene previsto cancelar el uso de un centro para ese fin, aunque seguirá reteniendo a familias durante tres días o menos en otras dos instalaciones en Texas. Y el gobierno está ampliando la capacidad de varios recintos de detención prolongada que retienen a niños inmigrantes para hacer frente a un aumento de las llegadas de menores no acompañados a la frontera.
Sobre cambio climático, Biden prometió alcanzar compromisos vinculantes con otros países para reducir emisiones en el tráfico global marítimo y aéreo y convocar una cumbre climática mundial para abordar compromisos nuevos y más ambiciosos de lucha contra el cambio climático, todo dentro de sus primeros 100 días. Estados Unidos acogerá una cumbre el 22 de abril, el Día de la Tierra.
Reabrir las escuelas del país es una de las grandes promesas de campaña que está resultando más difícil de conseguir, debido en parte porque la decisión sobre el regreso a la educación presencial depende de autoridades locales y sindicatos docentes. Tras un tira y afloja sobre los detalles de su promesa, Biden dijo el mes pasado que su objetivo para 100 días era que la mayoría de las escuelas primarias abrieran cinco días a la semana para clases presenciales.
Este mes dio instrucciones a los estados de que priorizaran la vacunación de profesores y anunció que dirigiría recursos federales a vacunar profesores en marzo. El gobierno espera que con la aprobación de la ley de ayuda contra el coronavirus y la distribución de millones de dólares en ayudas para que las escuelas mejoren medidas de seguridad, los profesores se sientan más cómodos con reanudar las clases presenciales.
Según Burbio, que monitorea los planes de reapertura de escuelas, en torno al 47% de los alumnos entre jardín de infancia y 12mo grado tienen acceso a clases en persona todos los días laborables.
EN ESPERA
El gobierno de Biden aún no ha tomado medidas significativas en una reforma de la justicia penal, aparte de una orden presidencial que ponía fin a los contratos privados de prisiones. Biden prometió formar una junta de supervisión policial en sus 100 primeros días, pero por ahora no ha habido movimientos claros en esa dirección.
Otras promesas que siguen en espera son la creación de un equipo de trabajo en el gobierno centrado en fomentar la participación sindical y ordenar que el FBI revise las comprobaciones de historial delictivo para comprar armas.
Algunos de los compromisos de Biden para sus primeros 100 días requerirán la participación del Congreso, como su promesa de reautorizar la Ley sobre violencia contra las mujeres y aumentar los impuestos a las empresas. También prometió aprobar la Ley de igualdad, que prohíbe la discriminación por sexo, orientación sexual e identidad de género. El texto se ha aprobado en la Cámara de Representantes, pero no en el Senado.
Y algunas de sus promesas esperan a que el Senado confirme a los nuevos secretarios del gobierno. Sobre control de armas, Biden ha dicho que daría instrucciones a su secretario de Justicia para que recomendara cambios en importantes agencias del Departamento de Justicia para aplicar de forma más eficiente las leyes de armas. También prometió que su secretario de Vivienda y Desarrollo Urbano lideraría un equipo de trabajo para crear recomendaciones con vistas a que la vivienda sea un derecho para todos los estadounidenses.
Se espera que tanto su candidato a secretario de Justicia, Merrick Garland, como su candidata a liderar el Departamento de Vivienda, la representante Marcia Fudge obtengan sus confirmaciones esta semana. AP