El primer ministro de Haití, Ariel Henry, aceptó dimitir y ceder el poder a un Gobierno de transición en el país caribeño, asolado por la violencia de las pandillas, según anunció en la madrugada del martes en un video publicado en sus redes sociales. La noticia había sido adelantada por la Caricom (Comunidad del Caribe) que celebró el lunes en Jamaica una reunión urgente sobre la situación en Haití en presencia del secretario de estado de Estados Unidos, Antony Blinken.
La situación de Ariel Henry se había vuelto insostenible. Bloqueado en Puerto Rico desde más de una semana, cuestionado por la población y las pandillas que ejercen un control sobre 80% de la capital Puerto Príncipe, Henry aceptó finalmente renunciar este martes. Su mandato había expirado el 7 de febrero pasado.
Henry publicó un mensaje en video, en criollo haitiano, en el que lamentó la situación.
Desde hace más de una semana, nuestro país vive un aumento de los actos de violencia contra la población, señaló el primer ministro interino.
Y añadió: «El Gobierno que dirijo no puede permanecer indiferente ante esta situación. Como siempre dije, ningún sacrificio es demasiado grande para nuestro país».
Además, detalló los pasos a seguir. Señaló que su Gobierno «acepta la instauración de un consejo presidencial de transición», cuyos miembros serán elegidos entre diversos sectores de la vida nacional, según explicó.
La noticia había sido adelantada por Irfaan Ali, presidente de Guyana y líder temporal de la Comunidad del Caribe (Caricom) en la noche del lunes.
El grupo regional celebró el lunes en Jamaica una reunión urgente para abordar la crisis en Haití, en la que participaron representantes de varias potencias extranjeras, entre ellas Estados Unidos.
Transición política en Haití y ayuda internacional
El secretario de Estado, Antony Blinken, aseguró durante la reunión que el presupuesto de la misión multinacional pasará de 100 a 200 millones de dólares. A esto se sumarán “33 millones de dólares en ayuda humanitaria para el pueblo haitiano en salud y alimentos”, según Blinken.
Washington sigue abogando por el despliegue de una fuerza multinacional en el país controlado por las pandillas. En octubre de 2023, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó una resolución que permite el despliegue de una misión multinacional de apoyo a la seguridad para Haití debido a que “el uso de la fuerza es autorizado después de que se agoten todas las demás medidas para mantener la paz y la seguridad internacionales”, según la ONU.
Kenia aceptó liderar esa misión y a inicios de marzo firmó un acuerdo recíproco con Haití para el envío de policías. Un acuerdo que luego de la dimisión de Henry pende de un hilo a pesar de que el propio primer ministro interino afirmó que «su Gobierno solo se marchará inmediatamente después de la instalación de un consejo de transición» y, por lo tanto, «seguirá ocupándose de los asuntos corrientes hasta el nombramiento de un primer ministro interino».
Henry será reemplazado por un consejo presidencial que tendrá dos observadores y siete miembros votantes, incluidos representantes de varias coaliciones políticas, el sector empresarial, la sociedad civil y un líder religioso.
El consejo ha recibido el mandato de nombrar rápidamente un primer ministro interino: cualquiera que pretenda presentarse a las próximas elecciones de Haití no podrá participar del Gobierno de transición.
Deterioro de la situación política y social en Haití
La situación de Haití se había vuelto cada vez más crítica. Sin presidente ni Parlamento, Haití no ha celebrado elecciones desde 2016 y desde entonces el país está sumido en el caos. Las pandillas, especialmente la dirigida por alias ‘Barbecue’, lanzaron una gran ofensiva sobre la capital para presionar la dimisión del primer ministro Ariel Henry.
Las cancillerías extranjeras siguen evacuando al personal de sus embajadas en Puerto Príncipe, controlado en un 80% por las bandas. Para la población, la situación humanitaria sigue siendo especialmente precaria y los alimentos comienzan a escasear debido a que la inseguridad en las carreteras no permite la llegada de suministros.
Esta convulsa situación se intensificó desde el magnicidio del presidente Jovenel Moïse, el 7 de julio de 2021. Un asesinato que demostró el alcance de las pandillas en el país, que cada vez ganan más terreno, en medio de la adquisición de armas, incluso, más sofisticadas que las del Ejército haitiano.
Según la ONU, 4.789 personas fueron asesinadas en el marco de la violencia de las pandillas en Haití en 2023, lo que representa un aumento del 119% con respecto a 2022.
Con Reuters, AP y medios locales