Los trabajadores de la fábrica de Nutella más grande del mundo, enfrentados con la patronal en negociaciones salariales, prácticamente han paralizado la planta.
El martes crecían las tensiones en la planta de Villers-Ecalles en Normandía, donde trabajadores del sindicato Fuerza Obrera impiden la entrada y salida de camiones desde hace una semana.
La fábrica produce diariamente 600 mil frascos del alimento untable de chocolate y avellanas, la cuarta parte de la producción mundial de una golosina que aman tanto adultos como niños.
Al cabo de seis días de vanos intentos para poner fin al enfrentamiento, Ferrero, la empresa dueña de Nutella, amenazó con multas a los trabajadores que participan del bloqueo.
Pero los sindicatos no se arredran. Fuerza Obrera dijo que 160 de los 350 trabajadores participan del paro en reclamo de un aumento salarial de 4.5%, una bonificación por única vez de 900 euros y mejores condiciones de trabajo.
“Es la guerra, la furia crece”, dijo el activista sindical Fabien Lacabanne en un comunicado.
Dijo que la empresa aceptó aumentar 1.7% los sueldos más bajos y otorgar una bonificación de hasta 400 euros, que los sindicados consideran insuficiente dado el aumento del costo de la vida. Los sindicatos dicen que las condiciones de trabajo se han deteriorado y crecen las presiones para aumentar la productividad.
Ferrero, de propiedad italiana, dijo que trata de proteger a los trabajadores que no hacen huelga y está dispuesto al diálogo, pero solo si se levanta el bloqueo.
La próxima reunión de los negociadores está prevista para el 13 de junio.
Los trabajadores franceses suelen declararse en huelga durante las negociaciones salariales y recurrir a métodos drásticos. La última huelga en la planta de Villers-Ecalles fue en 2011.
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