El asesinato de un conocido empresario sexagenario de la localidad de Huancayo, Perú, de manos –presuntamente- de un venezolano de nombre Gabriel Eduardo Quijada Barroso (24), desató la ira del pueblo que salió a marchar y a exigir la salida de todos los venezolanos de esta localidad.
Con palos y piedras los habitantes del sector atacaron todos los sitios donde residen venezolanos y hasta entraron en las viviendas, sacaron sus pertenencias y las incendiaron.
Reporta la prensa local que decenas de personas salieron en búsqueda del presunto homicida para hacer justicia por sus propias manos. Al dar con Quijada Barroso, la turba le cayó a golpes y lo acusó de ser el responsable del aumento de la delincuencia en el sector. La policía intervino para evitar que lo asesinaran.
Con megáfono en mano, lo pobladores exigían a las autoridades municipales que “echaran” a los venezolanos en un plazo de 24 horas.
En Venezuela, según cifras de la ONU, hay unos 600 mil peruanos, quienes han hecho de este país su patria y a quien el Estado garantiza todos sus derechos.
LAS IMÁGENES:
[PERÚ] Marcha ANTI-VENEZOLANA.
¡Qué ironía que Venezuela cobije a 9 millones de extranjeros documentados, entre ellos 600 mil peruanos (cifras de la ONU) garantizándole todos los derechos!
Mi indignación es muy grande x esta campaña mediática. Leo sus opiniones. pic.twitter.com/gDjpUKB2ET— Diego En La Lucha 🇦🇷 (@DiegoEnLaLucha) July 27, 2019
LOS HECHOS:
Vecinos de la localidad de Huancayo en Perú apalearon y lanzaron agua hirviendo a un migrante venezolano acusado de asesinar a un aciano.
Según reseña el diario Correo, al anciano Vivente Lara Corilloclla (70) lo ultimaron a puñaladas al resistirse al robo. Sin embargo, una habitante de la zona logró observar al atacante y avisó a los vecinos.
Minutos más tarde una multitud acudió a la vivienda donde se ocultaba el presunto homicida y lo atacaron. Las autoridades identificaron al agredido como el venezolano Gabriel Eduardo Quijada Barroso (24).
La turba intentó lincharlo. De acuerdo con las autoridades, la multitud lo golpeó con objetos contundentes, lo desnudaron y además le arrojaron agua hirviendo.
Al llegar las autoridades el migrante venezolano logró esconderse debajo de la patrulla policial.