El politólogo estadounidense John Polga-Hecimovich argumenta, en un hilo que colocó este domingo en Twitter (en inglés), que remover a Nicolás Maduro tras una intervención militar estadounidense es relativamente sencillo pero que el verdadero problema comienza al día siguiente.
El día siguiente, en el caso venezolano, puede durar años con una presencia militar de Estados Unidos, al estilo Iraq o Libia. “O tal vez peor”, reseña Noticiero Digital
A continuación un resumen de su argumento.
“Es tentador pensar que una invasión militar de Estados Unidos a Venezuela resolvería la crisis venezolana de manera eficiente y rápida. ¿La razón? Las fuerzas militares estadounidenses son las más avanzadas y tecnológicamente más sofisticadas del mundo”, dice. “Pero si esto es verdad, ¿por qué la mayoría de los expertos coinciden que dicha intervención sería un desastre?”
El politólogo cita a Frank Mora, ex funcionario del Pentágono y actual director del Kimberly Green Latin American and Caribbean Center, quien dice: “Lo más probable es que las fuerzas militares de EEUU tengan que permanecer en Venezuela por varios años, para mantener la paz y ayudar en la reconstrucción del país”.
¿Y por qué los venezolanos no pueden hacer esto?”, se pregunta Polga-Hecimovich. “Porque reconstruir un país requiere una presencia militar fuerte que garantice orden y estabilidad”.
“Imagínense Venezuela tras una invasión militar exitosa, con una Fuerza Armada debilitada y una presencia fuerte del ELN y de grupos paramilitares y colectivos. La única opción para evitar la anarquía es una presencia militar de largo plazo, tal y como ocurrió en Iraq o Libia”.
El politólogo argumenta además que Venezuela no es Panamá o Granada donde ocurrieron intervenciones militares de corto plazo. Y cita a Ben Denison, PhD, politólogo enfocado en temas de cambio de régimen, quien utilizó datos históricos para mostrar que: 1) intervenciones extranjeras generalmente fracasan cuando el poder extranjero se ve obligado a reconstruir las instituciones locales; 2 Gobiernos extranjeros creen que intervenciones militares son sencillas, lo que los impulsa a no planificar detalladamente; y 3) La probabilidad de éxito aumenta con la capacidad de acción del Estado y la fortaleza de las instituciones. En el caso venezolano, ambas variables no pintan bien. De hecho, dice Polga-Hecimovich, “son las peores evaluadas en la región”.
Menciona como ejemplo que “el Estado venezolano le ha entregado el monopolio de las armas a los pranes, colectivos y grupos criminales, y en lugares como el Arco Minero a las bandas criminales”. Venezuela – concluye – “no es Iraq o Libia. Es peor”.